Crece la presión en Europa para que plataformas como Airbnb paguen más impuestos
Alemania y Francia impulsarán una propuesta común en la próxima reunión de ministros de Economía de la UE
Una cifra ha colmado la paciencia de las autoridades francesas. La plataforma de alojamiento Airbnb pagó el año pasado 92.944 de euros en impuestos en Francia, su segundo mayor mercado del mundo tras Estados Unidos con más de 10 millones de usuarios y 400.000 anuncios de alojamiento. La cantidad desembolsada, equivalente a lo que pagan compañías de mucho menor tamaño, ha sido tildada de "inaceptable" por el ministro de Economía, Bruno Le Maire. "Las plataformas digitales facturan decenas de millones de euros y el Tesoro francés solo recibe decenas de miles", dijo ante el Parlamento.
La retórica vino acompañada de la acción: el político conservador anunció que Francia y Alemania comandarán en la próxima reunión de ministros de Economía de los Veintiocho en septiembre una iniciativa europea para evitar que estas compañías digitales —entre las que también citó a Google, Amazon o Facebook—, puedan esquivar el pago de impuestos en los países donde generan sus ingresos.
La intención de ambas potencias, que desde la llegada de Emmanuel Macron al Elíseo han mostrado su buena sintonía y han dado nuevos bríos al denominado eje franco-alemán, es que Bruselas adopte su propuesta como propia, y la ponga sobre la mesa de los jefes de Estado comunitarios en su próximo encuentro de diciembre con el objetivo de tener una directiva en 2018. "La armonización fiscal es una prioridad y debe poner fin a las divergencias nacionales que aprovechan las empresas, así como a la competencia entre Estados", clama Le Maire. Irlanda, con su benévolo impuesto de Sociedades del 12,5%, se ha convertido en el mejor ejemplo de esa desleal lucha entre socios europeos por atraer inversiones, y sociedades como Airbnb tienen allí su sede para reducir su factura tributaria.
Bruselas ha recibido el mensaje de Le Maire con su habitual prudencia: "Estamos reflexionando sobre cuál es la mejor forma de gravar la economía digital. Esperamos con interés los debates sobre este tema en la reunión de ministros de septiembre en Tallin", afirmó este jueves una portavoz. Pero la Comisión parece moverse en la misma longitud de onda que Francia. "Es esencial que mantengamos unas condiciones equitativas para que todas las empresas paguen su parte justa, ya sean grandes o pequeñas, estén más o menos digitalizadas, con sede en la UE o fuera", añade la Comisión.
Aunque la baja cifra de impuestos que paga Airbnb en Francia, dada a conocer este lunes por Le Parisien, viene de lejos —en 2015 abonó aún menos, 69.168 euros—, la tolerancia hacia su escasa contribución a las arcas del Estado parece haber llegado al límite, y ha relanzado el debate político sobre cómo acabar con los abusos de la economía digital. A la polémica se sumó el comisario europeo de Economía, el francés Pierre Moscovici, que calificó el martes de "anormal y chocante" las cantidades abonadas por Airbnb por ejercer su actividad.
La compañía, por su parte, se escuda en la actividad económica que su presencia genera en Francia. Según sus cálculos, sus clientes gastaron 6.500 millones de euros en el país, una cifra en la que incluyen el dinero que emplearon en transporte, restaurantes y ocio, así como el abono del hospedaje. Sin embargo, ese impacto positivo que la empresa se atribuye también habría tenido lugar en caso de que sus clientes hubieran elegido alojarse en hotel. Y ciudades como Nueva York notaron el pasado año una caída de la recaudación fiscal hotelera entre cuyas razones mencionan la competencia de Airbnb.
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