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El caso del teniente Gras

Miguel González

El teniente Agustín Gras Baeza, de 25 años, perdió una pierna al estallar un artefacto en Afganistán el pasado 18 de junio. Según la legislación vigente, tiene derecho a una indemnización y a la máxima pensión por ser un mutilado en acto de servicio. Lo que no puede es vestir el uniforme ni continuar la carrera que eligió por vocación. Y eso es precisamente lo que él quiere.

Desde hace meses, Defensa estudia la posibilidad de que militares mutilados puedan, si así lo desean, seguir en activo en puestos compatibles con sus condiciones físicas. Y que a los demás se les permita mantener una vinculación honorífica con las Fuerzas Armadas. Tanto el Rey como Morenés aludieron ayer a los heridos. Don Juan Carlos dijo que él y el Príncipe han constatado su "espíritu de sacrificio, entereza y ganas de volver a su puesto". Morenés agregó que "mantener a nuestros heridos próximos a sus compañeros les hará más útiles y reconocidos". Pero no se trata de resucitar el Cuerpo de Mutilados, un vestigio de la Guerra Civil declarado a extinguir en 1989.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.
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