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Garoña, una batalla más allá del Ebro

Soria pide "revisar el cierre" nuclear - La prórroga sería el primer gran logro del sector en Europa tras Fukushima

En diciembre de 2010, la eléctrica propietaria de la nuclear de Oyster Creek (New Jersey, EE UU) anunciaba que adelantaba su cierre a 2019. Tenía permiso para operar hasta 2029, pero el Estado le exigía la construcción de una torre de refrigeración para no calentar demasiado la bahía a la que vierte el agua con la que enfría el reactor. Christopher M. Crane, director nuclear de la eléctrica propietaria, Exelon, declaró a The New York Times que instalar las torres de refrigeración "costaría bastante más que el valor actual de la planta". Oyster Creek es lo que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) considera como "central de referencia de Garoña". Tiene igual diseño y fabricante y abrió en 1969, solo dos años antes que la central burgalesa, por lo que el CSN mira atento los pasos que da EE UU.

Alemania, Italia, Bélgica y Suiza han frenado el avance de esta energía
Si se alarga la vida de la planta burgalesa, el resto no tendrá problemas

Ahora mismo caminan en sentido inverso. El ministro de Industria, José Manuel Soria, abrió ayer en Onda Cero la puerta a una prórroga de vida de la nuclear. "No hay decisión tomada al respecto", aclaró, pero apuntó que él está por alargar la vida operativa de la central. No soy partidario, dijo, de "infrautilizar cinco años la capacidad instalada" de Garoña. En su opinión, cerrar nucleares "supone una infrautilización de un tipo de energía que ya está amortizada, en cuanto a la instalación, lo que, por lo tanto, debería revisarse".

La central tiene permiso para funcionar hasta 2013 y para prorrogarla hasta 2019 -como pidieron las eléctricas al Gobierno del PSOE-, Industria debería derogar dos puntos de la orden ministerial de cierre y preguntar al Consejo de Seguridad Nuclear por los requistos que necesita la planta para alargar la vida.

El proceso es largo y farragoso, pero no es difícil aventurar cuáles serían esas obras. El CSN autorizó ya en 2009 la renovación de Garoña siempre y cuando aislara la sala de control y renovara decenas de kilómetros de cables. Esas condiciones fueron retiradas porque la central no iba a operar tanto tiempo. Ahora debería incorporar, además, las medidas derivadas de la crisis nuclear desatada tras el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo en Fukushima (Japón), que incluyen la construcción de un nuevo edificio de refugio para los trabajadores. Por el momento, las eléctricas propietarias de Garoña (Endesa e Iberdrola al 50%) no muestran signos de pensar como Exelon, no dan señales de que les parezca demasiado caro, que el esfuerzo no merezca la pena. Entre 1999 y 2009, para su primera gran prórroga, invirtieron 169 millones de euros, según la planta. Y ahora deberían volver a realizar un desembolso espectacular. Eso, para una central de solo 466 megavatios (un reactor medio en España tiene unos 1.000) y que en principio solo podría funcionar seis años más (en realidad de operación aún menos tiempo porque parte de las obras se realizan con la central parada). ¿Por qué en España saldrían las cuentas y en EE UU no?

Fuentes del sector próximas al PP dan una respuesta: "En Garoña hay mucho más en juego que el interés económico". El sector nuclear considera que si en el peor momento para la industria desde Chernóbil se logra prolongar más allá de los 40 años una planta idéntica al primer reactor de Fukushima, el resto de centrales no tendrá problemas en alargar la vida. La siguiente en cumplir los 40 años es Almaráz, en 2021.

Además, mientras Alemania, Italia, Bélgica y Suiza han dado pasos atrás en sus programas atómicos desde el accidente de Japón -incluso en Francia, el país más nuclearizado del mundo, ha comenzado el debate nuclear-, España sería un ejemplo de resistencia. Una prórroga de Garoña sería la primera victoria tangible de la industria atómica en Europa occidental.

El apoyo de Rajoy a la nuclear no es nuevo. En 2009, tras una visita a Garoña declaró: "Con el PP en el Gobierno, Garoña no se va a cerrar". Después de Fukushima el PP no ha sido tan rotundo, pero ayer el presidente de Castilla y León, el popular Juan Vicente Herrera, anunció que nada ha cambiado en la posición popular: "No tengo motivos que me intranquilicen", declaró el defensor de la continuidad de la planta. Los ecologistas, el PSOE, ICV y Equo criticaron la eventual prórroga.

Garoña y la selección del emplazamiento para el almacén de residuos nucleares son las únicas decisiones en materia nuclear que tiene por delante el Gobierno del PP. Así que si Rajoy quiere mostrar su convicción nuclear esta es su gran oportunidad. Como en tantas otras cosas, Europa mira a Rajoy.

Dos operarios trabajan en el interior de la central burgalesa de Garoña.
Dos operarios trabajan en el interior de la central burgalesa de Garoña.GORKA LEJARCEGI

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