Emarsa pagó facturas con letras rosas, verdes y color berenjena
El juez cree que la sociedad pública también fue exprimida con falsos cursillos
El juez Vicente Ríos, instructor del caso Emarsa, imputó ayer en la causa a un nuevo empresario: Antonio José Arnal, hermano de Enrique Arnal, ex director financiero de la sociedad pública de depuración del agua de Valencia, exconcejal de Unión Valenciana, y uno de los principales sospechosos del sistemático saqueo que sufrió Emarsa hasta quebrarla con un agujero de 17 millones de euros. Antonio José Arnal era administrador de Arrima, que cobró 188.000 euros de la sociedad pública por impartir, supuestamente, cursos de formación a sus empleados. El juez expresó en un auto fechado ayer su impresión de que dichos cursos, en realidad, nunca se impartieron. Que fue una de las muchas vías utilizadas para exprimir a la sociedad.
El exgerente afirma que su firma fue falsificada en muchas facturas
Cuesta apunta como responsable al exdirector financiero Enrique Arnal
Los indicios contra el hermano del ex director financiero son numerosos. La fiscal y la Emshi (Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos, personada como acusación) ofrecieron un recuento. Arrima habría hinchado el número de asistentes (cobraba por número de alumnos). Habría cobrado como presenciales (más caros) cursos que en realidad eran por Internet. Habría impartido una inverosímil cantidad de cursos a los mismos alumnos en las mismas semanas. Solo uno de ellos, el de Excel Avanzado, impartido teóricamente del 9 al 31 de diciembre de 2007 y con una duración de 175 horas, habría exigido, señaló la fiscal, que los trabajadores de Emarsa participaran en él de 9.00 a 14.00 horas y de 15.00 a 18.00 todos los días de la semana incluidos los festivos.
Y hay también un alto número de facturas de Arrima pagadas por Emarsa que están escritas en letras verdes, rosas, naranjas, grises, "color berenjena" o en una mezcla de varias. Una circunstancia que también se produce en el caso de otra de las empresas investigadas, Producciones Ageirón. Como si en el taller de facturas falsas en cantidad "obscena" en que, según la acusación de la Emshi se convirtió Emarsa, se les hubiese terminado la tinta negra y hubieran recurrido a las opciones de color.
El juez añade que no hay constancia en el registro de entrada de la sociedad de que el único docente de Arrima pisara las instalaciones de Emarsa más que una vez. Y considera "igualmente llamativo el tipo y número [45 en seis años] de cursos supuestamente impartidos a los empleados de una empresa cuya actividad no era sino la explotación de la estación depuradora de aguas residuales ubicada en Pinedo [Valencia]". Entre los cursillos hay títulos tan sorprendentes para el contexto como: "Desarrollo de la inteligencia emocional"; "Argumentación y tratamiento de objeciones"; "Técnicas de comunicación interpersonal"; "Adobe Photoshop" (en dos ocasiones, por 2.836 y 4.935 euros respectivamente)...
Como guinda, a veces los cursos se daban en las mismas fechas en que algunos de los alumnos (entre ellos Enrique Arnal, el hermano del nuevo imputado) participaban en los misteriosos viajes al extranjero que Emarsa pagó a sus directivos y a personas ajenas de la sociedad, con destino sobre todo a Bucarest.
El mal día para los Arnal no terminó ahí. El exgerente de Emarsa y exdirigente del PP Esteban Cuesta declaró ante el juez que su firma aparecía falsificada en muchas de las facturas irregulares que se le mostraron ayer. Cuesta señaló que la letra que figuraba en ellas (en anotaciones manuscritas al margen) y el sello utilizado para visarlas eran del exdirector financiero Enrique Arnal.
El gerente también afirmó que durante la liquidación de Emarsa, la Emshi, entonces presidida por Enrique Crespo, alcalde de Manises y vicepresidente de la Diputación de Valencia y ahora imputado en la causa, le obligó a firmar "montañas" de documentos, algunos correspondientes a años anteriores. "Los firmé pero llegó un momento en que me negué, porque ya no sabía lo que estaba firmando", afirmó Cuesta.
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