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Reportaje:

Riesgo de parálisis en RTVE

Crece la desconfianza entre los consejeros y el equipo directivo - El presupuesto de 2012 y la cobertura olímpica son algunas de las grandes decisiones pendientes

Rosario G. Gómez

La falta de entendimiento y las tensiones entre el equipo directivo de RTVE y el Consejo de Administración amenazan con bloquear el funcionamiento de la televisión pública. Las relaciones entre unos y otros están marcadas por la desconfianza. Los directivos ponen en entredicho que el Consejo deba asumir competencias ejecutivas y los consejeros tumban decisiones adoptadas por los directivos. Estas complejas relaciones están alimentando el riesgo de parálisis en la televisión pública, que tiene ante sí importantes decisiones en el corto plazo, como los presupuestos de RTVE para 2012 (previsiblemente sometidos a recortes), el diseño de la cobertura de los Juegos Olímpicos de Londres (que requieren inversiones que rondan los 50 millones de euros) o la planificación de series televisivas. "En el día a día no hay problema, pero hay temas de amplio alcance que se pueden complicar", afirman fuentes de la corporación.

Las sesiones de control de los lunes han sido canceladas
Se da como segura la supresión de la representación de los sindicatos

En las últimas semanas, los consejeros han fiscalizado a fondo la labor de los directivos. Al amparo de la ley, fijaron reuniones los lunes con los responsables de TVE, Santiago González, y de RNE, Benigno Moreno, y con el director corporativo, Jaime Gaiteiro. Se celebraban en Prado del Rey, sede de la corporación, y no en Torrespaña, donde tienen despacho los consejeros.

Estas sesiones, de las que se descolgaron algunos vocales, han sido, de momento, suprimidas. A última hora de la tarde de ayer ningún directivo había sido convocado para hoy. Se reunirán en solitario los 10 consejeros para analizar el informe del Congreso de los Diputados, que la semana pasada limitó sus funciones ejecutivas.

Tras el vacío de poder creado por la dimisión de Alberto Oliart, a principios de julio, el Consejo en pleno decidió asumir competencias ejecutivas. Eso llevó a gestionar la televisión pública de manera asamblearia. "Parecía un sóviet", explica uno de sus miembros. "En las reuniones de los lunes se discutían detalles innecesarios. Por ejemplo, se reprobaban gastos de 1.000 euros. No estamos para eso; nuestra labor es diseñar las líneas estratégicas, marcar las directrices y hacer una labor de vigilancia", añade. Otros consejeros, sin embargo, defienden que el "con la ley en la mano", son responsables del cumplimiento de los objetivos generales fijados, de que se cumplan los principios de programación y del nombramiento del equipo directivo de primer nivel.

Precisamente algunos nombramientos (frustrados) han contribuido a erosionar las relaciones entre el Consejo y el equipo directivo. El caso más sonado ha sido el de Silvia Delgado, sobrina del expresidente de RTVE Alberto Oliart, que se incorporó al grupo audiovisual como cargo de confianza. El director de TVE propuso que fuera nombrada para desempeñar un puesto administrativo porque, en su opinión, daba el perfil para cubrir una plaza vacante. Sin embargo, el órgano de control rescindió su contrato.

Otro síntoma de la tirantez ha sido la decisión de suprimir determinados programas (como España directo, producido por Mediapro) o la negativa a ceder derechos deportivos de TVE a otros operadores (por ejemplo, el Mundial de Motociclismo).

Tanto el equipo directivo como el Consejo defienden su territorio, pero algunos vocales se quejan de que llevan varios meses reclamando que TVE les remita el minutado de los partidos políticos en los telediarios para poder evaluar, con estadísticas, el grado de pluralidad (al menos cuantitativamente). "Está claro que hay una resistencia al control por parte del comité de dirección. Pero la reforma de la ley se hizo precisamente para que los directivos dejaran de tener poderes absolutos y estuvieran sometidos al control del Consejo de Administración", dice uno de los vocales.

"El hecho de que RTVE esté sin presidente nos obliga a tomar una serie de decisiones que corresponderían a una presidencia ejecutiva", añade. "Tenemos un conflicto: encajar la situación actual entre la presidencia ejecutiva conjunta y el equipo directivo", explican fuentes de la corporación. Y en este estado "es normal que haya tensiones".

Por encima de los conflictos cotidianos, ambas partes señalan como responsables de esta situación a los partidos políticos mayoritarios (PSOE y PP), que han sido incapaces de llegar a un acuerdo para nombrar al sustituto de Oliart.

Esta crisis podría dar pie al próximo Gobierno (según las encuestas, del PP) a cambiar la ley que regula la televisión pública y aprovechar la coyuntura para reducir el número de consejeros. En un futuro, el Consejo de Administración podría estar compuesto por seis o siete miembros, frente a los 12 actuales. Entre las fuerzas políticas y en la propia RTVE se da por seguro que los sindicatos mayoritarios (CC OO y UGT) dejarán de tener representantes.

Sede de los servicios informativos de RTVE en Madrid.
Sede de los servicios informativos de RTVE en Madrid.SERGIO PÉREZ (REUTERS)

El turno de López Miralles

La encargada de llevar la batuta en el Consejo de Administración a partir del próximo miércoles (y durante un mes) será Rosario López Miralles, precisamente la representante del PP que propuso que todos los consejeros tuvieran acceso al sistema editor iNews, lo que permitía fisgonear los contenidos de los telediarios antes de su emisión. López Miralles asume la presidencia en el mes previo a la campaña electoral y con su partido cuestionando la neutralidad e imparcialidad de la televisión pública.

Tras la reciente dimisión del consejero de CC OO, Héctor Maravall, la maquinaria del Consejo se va encontrar con un problema añadido a la hora de tomar decisiones. Si se mantiene la balanza de fuerzas como hasta ahora, los acuerdos más controvertidos pueden acabar en empate. Tradicionalmente se han creado dos bandos: los consejeros del PP y CiU (cinco votos) y los del PSOE, IU y UGT (cinco). Para romper los empates, el presidente de turno puede ejercer su voto de calidad. En octubre esta facultad está en manos de la consejera López Miralles y en noviembre (mes eletoral) será el turno de Andrés Martín Velasco, también del PP.

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