Donde el bocata es arte
Lo que le faltaba a Oriol Rovira, el cocinero payés que, junto con su esposa y hermanos, además de regentar el restaurante Els Casals, cultiva huertas y mantiene una granja modélica en Sagàs-Berguedà, era montar un local de bocadillos en Barcelona. Un lugar presidido por una larga barra con mesitas, donde sirve bocatas de alto nivel y platos desenfadados. Puro finger food (para comer con los dedos) con el rango de gran cocina. Un fenómeno gastronómico con bastante más importancia de lo que a primera vista aparenta. Bocadillos en los que intervienen las mismas hortalizas de producción ecológica y biodinámica de sus huertas, así como las carnes de pollo y de cerdo que se producen en sus granjas. Y todo ello en sociedad con el potente grupo Sagardi.
SAGÀS
Pla del Palau, 13. Barcelona. Teléfono: 933 10 34 24. Web: www.sagaspagesosicuiners.com
La carta, singular donde las haya, proclama en mayúsculas que todos sus ingredientes son libres de aditivos, colorantes y conservantes. Bajo estas premisas ofrece dos tipos de recetas, las de origen catalán mediterráneo y las que ha recogido por el mundo en sus viajes. Todas concebidas -repite Rovira convencido- para disfrutarse con las manos, incluida la ensalada Cesar con pollo del Penedés, beicon y curruscos, que permiten rellenar grandes hojas de lechuga. Los panes se cuidan al detalle.
Es magnífica la chapata Sagàs con tocineta, alcaparras, higos, ruqueta, queso fresco y vinagreta; soberbias las sardinas ahumadas con encurtidos y conservas en bruschetta; excelente el entrepán de jamón curado con tomate, y no menos sugerente el pepito de ternera con tomate, cebolleta y nueces. Entre las especialidades del mundo figuran algunas muy divertidas: los pork buns (Shanghái) calcados del coreano David Chang (Momofuku, Nueva York), o los frankfurt clásicos, hechos en la casa, además de las hamburguesas con bovino gallego. Para beber, cervezas, vinos en porrón con gaseosa y hasta gin-tonics con ginebras diversas.