Las 'multilatinas' devuelven la visita
Grandes grupos latinoamericanos, tras expandirse en países vecinos, se establecen en Europa y muchos de ellos lo hacen en España
Hay que ir aprendiéndose nombres como Gerdau, Odebrecht o Camargo Correa, que en breve se vendrán a sumar a la galaxia de multinacionales latinas ya conocidas en España como Cemex, Modelo (Coronitas), Petrobras o Embraer. Tras los grandes grupos de China, India o Singapur, que empiezan a consolidar sus inversiones en Europa, asistimos ahora al desembarco paulatino de los grandes grupos de Latinoamérica.
Todo indica que este viaje hacia Europa -y hacia España- lo protagonizarán grupos brasileños, que copan la mitad de los 50 primeros puestos en el ranking de las grandes empresas del subcontinente. Un proceso que se inicia ahora porque hasta hace poco, comenta Claudio Goran, agregado comercial de la Embajada de Brasil, "estaban centrados en los países vecinos y en su mercado, que crecía exponencialmente".
El desembarco se produce por compra de empresas o desde filiales portuguesas
Cemex, que factura el 75% fuera de México, fue pionera en la salida al exterior y entró en España en 1992 con la compra de Valenciana y Sansón, pero sus homólogas mexicanas parecen haber perdido interés por Europa. Aparte de Cemex, de Pemex (que lleva años en el capital de Repsol, con el 3%), de Modelo (con presencia comercial a través de Coronitas) y de Televisa (presente en La Sexta), poco más hay que reseñar. El Grupo Carso, de Carlos Slim, hizo algunos intentos en España, sin grandes resultados.
La aparente falta de interés de las mexicanas puede deberse, apunta Federico Steinberg, investigador del Instituto Elcano, "a su enfoque hacia EE UU, país que absorbe el 90% del comercio de México". Alfredo Arahuetes, profesor del ICADE, añade que "las empresas tienden a instalarse en los países con los que comercian, y el intercambio entre Latinoamérica y Europa no es muy elevado".
Pese a eso, las brasileñas, que iniciaron su periplo en Europa hace más de dos décadas, con Embraer, sí parecen decididas a aprovechar las oportunidades que les brinda el segundo mercado del mundo, tras EE UU. "Dados los bajos precios de las empresas en Europa", dice Jesús González Nieto, vicepresidente ejecutivo de Latibex, "hay oportunidades de compra, lo que explica el gran incremento de operaciones".
Hay varias multinacionales brasileñas instaladas ya en España a través de compañías españolas adquiridas o de su participación en grupos portugueses. Una de las más activas es el grupo multisector Camargo Correa, que factura unos 10.000 millones de dólares y extiende sus actividades desde la moda hasta la construcción, pasando por el cemento, las concesiones, la electricidad, los astilleros, el crudo o la siderurgia.
Muy centrada aún en Latinoamérica, el grupo ha hecho ya varias incursiones en la península Ibérica. En 2006 entró en España con la compra que hizo su filial Santista de Tavex, una textil que cotiza en Bolsa y tiene plantas de producción en España, Marruecos y Latinoamérica. También se hizo en 2010 con un 33% de la cementera portuguesa Cimpor, que produce en Brasil, Egipto, China, India, Turquía, Perú o Sudáfrica, y que es ya una de las mayores cementeras de España.
Las siderúrgicas brasileñas están muy interesadas en España. Gerdau, de Porto Alegre, el mayor productor de aceros largos de Latinoamérica y la segunda siderúrgica de EE UU, compró Corporación Sidenor en 2006. La empresa, con 14 plantas en América, Europa y Asia, y 25 millones de toneladas de producción, se hizo más tarde con SGSB Acero que adquirió a CIE Automotive. CSN, otra de las grandes, podría adquirir parte del grupo extremeño Gallardo, afectado por la crisis. Pretende hacerse con tres empresas del grupo, Cementos Balboa y las siderúrgicas vascas Corrugados Azpeitia y Corrugados Lasao. El grupo brasileño es ya dueño de la siderúrgica portuguesa Lusosider.
Otro de los grandes grupos multisector de Brasil, Odebrecht, tiene también sus ojos puestos en España. Su división de construcción, una de las mayores del mundo, con proyectos en 35 países, ha llevado a cabo obras importantes en Alemania y Reino Unido. Odebrecht, que compró la portuguesa Bento Pedroso en 1988 y participó en la construcción del puente Vasco da Gama, cuenta ya con una filial en España. La brasileña ha sido socia de constructoras e ingenierías españolas en América, por lo que cabe esperar reciprocidad: ganó contratos como el del Centro Intermodal de Miami con OHL, una refinería en México con Técnicas Reunidas o el Metro de Panamá con FCC. Otro grupo con ambiciones europeas es Braskem, uno de los mayores productores mundiales de plástico.
Se cree que estas empresas, que cotizan en muchos casos en la Bolsa española a través del Latibex, son la avanzadilla de un movimiento más amplio, que proseguirá con empresas ligadas a consumo, alimentación o moda. "Pese a que se ve a Brasil como productor de materias primas y transformados", dice Steinberg, "empieza a tener empresas de productos de consumo con muy buena imagen, gracias también a la buena marca país de Brasil".
Dado el fuerte crecimiento de Brasil (un 7,5% en 2010) y el tamaño de su mercado (casi 200 millones de habitantes), lo lógico es que sus empresas sigan con los ritmos de crecimiento de dos dígitos de los últimos años. A Camargo Correa le han bastado cuatro para elevar su facturación en un 140%. Se trata de empresas que empiezan a coger peso. Latinoamérica ya tiene 12 empresas con más de 20.000 millones de dólares de facturación. Ya hay siete empresas brasileñas y dos mexicanas en las 500 de Fortune. Se calcula que en tres o cuatro años esta representación se doblará.
Se cree que igual pasará con empresas emergentes de Chile, que empiezan a tener dimensión y prestigio. Las firmas latinoamericanas han superado los problemas de financiación de hace años. "La ampliación de capital de Petrobras, la mayor jamás hecha en Bolsa", dice González Nieto, "lo demuestra, y también el que empresas españolas como OHL o Santander hayan ido a las Bolsas latinoamericanas a financiarse".
Un Eldorado para algunas españolas
Habrá que ver si a las empresas brasileñas y mexicanas les va a ir tan bien en Europa como a las españolas en Latinoamérica. Varias han logrado convertir esa región en su segundo o tercer mercado. Es el caso de BBVA, que obtiene allí el 40% de su margen bruto; del Santander, con cerca del 25%, o de Telefónica, que obtiene allí el 42% de sus ingresos. O el caso de OHL, que es ya más latinoamericana que española. La cartera del grupo constructor a largo plazo en la zona le supone el 90% del total. Otra española con fuerte representación ahí es
Mapfre, con un 29% de las primas en la región. Esto por no hablar de Repsol, con fortísima exposición en la zona.
De todos modos, la importancia de esos mercados para las empresas españolas se ha reducido. Tras la gran expansión en la zona de los años noventa, en los últimos años los esfuerzos de inversión se han dirigido en buena parte hacia Europa, EE UU o Asia.
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