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El Constitucional de Ucrania cambia el régimen político y fortalece al presidente

Pilar Bonet

El Tribunal Constitucional de Ucrania modificó ayer el régimen político del país y, por decisión unánime, lo transformó de "parlamentario-presidencial" en "presidencial-parlamentario". Esto significa que, de aplicarse, el presidente Víctor Yanukóvich concentrará en su persona poderes que son ejercidos actualmente por el Parlamento y el Gobierno.

La metamorfosis es el resultado de la anulación por el alto tribunal de la reforma de 2004, que actuó en sentido inverso al actual y convirtió en parlamentario el régimen presidencial vigente desde la Constitución de 1996. Aquella reforma, aprobada por la Suprema Rada (Parlamento) de Ucrania el 8 de diciembre de 2004, permitió desbloquear la crisis entre el presidente Leonid Kuchma y sus oponentes, los líderes de la llamada Revolución Naranja.

El tribunal anula la reforma de 2004 que impulsó la Revolución Naranja

Gracias a aquellas enmiendas (ayer abolidas), Kuchma dejó de resistirse a abandonar su cargo y Víctor Yúshenko heredó una presidencia devaluada en provecho del Parlamento y el Gobierno. La inconstitucionalidad decidida ayer por el tribunal supone que vuelven a regir las normas de la Ley Fundamental de 1996, entre ellas la capacidad del presidente de nombrar al primer ministro mediante concertación con el Parlamento y también a los miembros del Gabinete. En la actualidad, la propuesta de primer ministro parte de la mayoría parlamentaria.

El Constitucional se pronunció en respuesta a una interpelación de 252 diputados de la Rada, que invocaron defectos de procedimiento en la aprobación de la reforma de 2004. A partir de ayer rige en Ucrania la Constitución de 1996, según dijo Elena Lukash, representante del presidente en el Tribunal Constitucional. Sin embargo, las actuales instituciones han sido formadas partiendo de las enmiendas constitucionales ahora abolidas. Entre otras cosas, según la Constitución de 1996, los diputados eran elegidos para cuatro años, y según las enmiendas de 2004, para cinco. Serguéi Vlásenko, diputado del partido de Yulia Timoshenko, consideró que todos los órganos de poder son ahora ilegítimos. Por tanto, tanto el presidente como el Gobierno deben cesar y el Parlamento se debe disolver y convocar elecciones anticipadas. Dado que no hay mecanismo jurídico para ello, debe haber "decisión política", señaló. El diputado Andréi Parubíi, del partido de Víctor Yúshenko, calificó la decisión de "nihilismo jurídico".

Para modificar la Constitución de Ucrania, se requiere una mayoría de 300 votos en la Rada (compuesta por 450 diputados). Formalmente, Yanukóvich no tiene esta mayoría, pero las reglas del juego son muy fluidas, y un nutrido grupo de antiguos partidarios de la Revolución Naranja se han pasado ya a las filas del presidente, lo que ha debilitado mucho a Yulia Timoshenko, su principal oponente. También ella intentó abolir en 2007 la reforma de 2004, pero no pudo, porque el Constitucional se declaró incompetente entonces para examinar la petición presentada por un total de 100 diputados. Yúshenko también quiso ampliar sus competencias, para fortalecer el régimen presidencial, pero no recurrió al constitucional. El jefe de la Rada, Vladímir Litvin, pidió ayer que se forme una comisión constitucional. El problema es qué hacer con todas las leyes adoptadas como desarrollo de la reforma de 2004.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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