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Las medusas acechan en las costas del Norte

Barcos de Cantabria y País Vasco salen a pescar carabelas portuguesas para evitar su llegada a las playas

Hablar de desplazamientos de medusas es casi una ironía. Los gelatinosos animales dependen más de las corrientes marinas que de su voluntad para moverse. Y es este condicionante el que puede explicar su anómalo comportamiento este verano. El consejero técnico de Sostenibilidad de la Costa del Ministerio de Medio Ambiente, Javier Pantoja, admite que este año la situación está siendo "relativamente tranquila", con una salvedad. "Hay menos avistamientos de lo habitual en el Mediterráneo, y más en el Cantábrico". Sobre todo, frente a las costas del País Vasco y Cantabria y, en menor medida, a lo largo del resto de la cornisa hasta Galicia. Se han encontrado bancos de la carabela portuguesa o, lo que es lo mismo, ejemplares de Physalia physalis de manera "muy abundante". La situación es tan grave que el Gobierno cántabro ha montado un dispositivo que incluye supervisar desde barcos las zonas de baño cada mañana. Los pescadores de San Sebastián han salido a pescar medusas para que no lleguen a la costa. "Se están recogiendo bastantes más ejemplares, casi el doble que el año pasado", ha dicho Pedro Díez, coordinador de emergencias y socorrismo de Cruz Roja en Cantabria. El Gobierno autónomo cifra en 104 los ejemplares recogidos esta semana. Los pescadores contratados por el Ayuntamiento donostiarra aseguran que nunca han visto tantas carabelas.

Por el testimonio de los bañistas, parece que estas medidas están funcionando. "No he visto ninguna en la playa desde hace 15 días. Está muy limpia. Lo bueno de estas medusas es que son irisadas y flotan. Si no hay olas, es fácil verlas y evitarlas", cuenta Koro, que todos los días de verano, y de invierno, se baña en la bahía donostiarra. Añade que lo malo es que tienen tentáculos larguísimos, con los que "te abrazan". "Vienen con el viento norte, cuando hay viento sur, desaparecen". Y como hay viento del norte, las medusas se quedan. En los últimos tres días se han notificado más de 300 picaduras en las playas del Cantábrico.

Eso no quiere decir que en el Mediterráneo no haya habido medusas. En tres días, en Elche se han notificado más de 700 picaduras, aunque no haya habido que cerrar playas como otros años.

Explicar lo que está pasando no es fácil. El comportamiento de estos primitivos animales "es un gran desconocido", aunque hay factores que explican su distribución, como "la temperatura, las corrientes y las precipitaciones previas en primavera", explica el asesor de Medio Ambiente. Y este año ha habido una conjunción especial de las tres: "El agua del Cantábrico es de media un grado más cálida, y ha habido menos precipitaciones que otros años", señala Pantoja. A ello se suma otro factor: las intensas tormentas que en febrero y marzo sacudieron el Atlántico que "seguro que han influido en las corrientes y la temperatura del mar", indica el consejero técnico de Medio Ambiente.

El envío de pesqueros a detener los bancos de medusas fue en 2007 y 2008 la respuesta a la invasión de medusas en Andalucía, Murcia y la Comunidad Valenciana. Pero el ministerio, que fue el promotor de esta actividad, no lo ha mantenido en 2009 y 2010. "No merecía la pena. Los enjambres de medusas eran tan grandes que los resultados eran relativamente pobres, y, además, se podía dar una sensación de falsa seguridad", indica Pantoja.

A cambio, el Gobierno intenta poner en marcha una red de detección temprana y, más a medio plazo, un sistema de previsión de plagas. Para ello se ha reforzado la red de observadores (para inscribirse www.planmedusas.es), que avisan de dónde están las mayores concentraciones de estos animales.

Un operario municipal muestra un cubo de carabelas portuguesas recogidas en San Sebastián.
Un operario municipal muestra un cubo de carabelas portuguesas recogidas en San Sebastián.EFE

Ante una picadura

- Salir del agua y evitar pisar restos en la orilla.

- No rascar ni frotar la zona afectada.

- Lavar la herida con abundante agua salada, nunca con agua dulce.

- Retirar los restos de filamentos con pinzas o guantes.

- Aplicar una bolsa de hielo durante 15 minutos.

- Aplicar tintura de yodo para evitar la infección.

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