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'El caso Pasolini', reabierto en viñetas

Tras su éxito en Italia, el cómic se publica en castellano

Pablo León

"En la Italia de los setenta o eras de izquierdas o de derechas, y así catalogabas a las personas. Pasolini era crítico. La lucidez que tenía al hablar provocaba miedo y eso irritaba a todos". Con estas palabras define Gianluca Maconi (Pordenone, 1977), autor de la novela gráfica El caso Pasolini (Editorial Gallographics), la personalidad del cineasta, poeta y escritor iconoclasta asesinado en 1975. Su muerte es el punto de partida de un cómic periodístico en el que las viñetas no solo relatan la crónica de su asesinato sino que también definen la filosofía rebelde e indoblegable de uno los grandes intelectuales del siglo XX.

El 2 de noviembre de 1975, en Ostia, a las afueras de Roma, una mujer se topó con el cuerpo de Pasolini apaleado, golpeado y atropellado. Y lo que parecía un crimen de sexo y noche se tornó en una maraña con el asesinato político y la homofobia como telón de fondo. "Desde niño he estado vinculado a Pasolini por mi madre, gran seguidora de su faceta como escritor", explica Maconi. "Cuando la editorial me propuso investigar su muerte, no lo dudé".

"Estamos todos en peligro", dijo el cineasta en su última entrevista

Entre bocetos y testimonios, Maconi pasó tres meses frenéticos. Junto a los autos públicos del juicio a Giuseppe Pelosi, condenado por el asesinato, las asociaciones pasolinianas, que preservan el legado del creador del neorrealismo picaresco, han sido las fuentes principales de la investigación de Maconi. "Todo el mundo era muy cordial hasta que les decía que era un cómic. Las viñetas se asocian en Italia a la caricatura de la realidad. No se planteaban que un cómic pudiera contener una investigación seria", explica el autor. En esta novela gráfica se demuestra lo contrario. Poco antes de aparecer en las librerías en 2005, coincidiendo con el 30 aniversario de la muerte de Pasolini (ahora se traduce al castellano), Pelosi cumplió su condena, salió de la cárcel y aseguró que no era culpable. Declaró que tres tipos habían aparecido de la nada, lo habían molido a palos acusándolo de comunista -Pasolini militó en el partido entre 1947 y 1949- y se habían esfumado. Maconi ya había dibujado la escena del crimen: en ella aparecían tres personas.

"¿Se te ocurre un título para la entrevista?", preguntó el periodista Furio Colombo al terminar de hablar con el cineasta horas antes del crimen. "Estamos todos en peligro", respondió Pasolini. Esta cita aparece en las siete páginas del cómic dedicadas al encuentro entre el director de El evangelio según san Mateo y Colombo, su amigo personal y escritor del prólogo del volumen. Maconi se tomó la licencia de poner imágenes a las palabras de Pasolini porque había una conexión natural entre lo que explicaba y el mundo contemporáneo. Hace solo tres meses un senador italiano encontró unas páginas inéditas de Petróleo, libro inacabado del poeta y cineasta. El texto dejaba en evidencia a ENI, la petrolera nacional, y se habló de la reapertura del caso. Otro cabo suelto en un caso maldito.

"No me interesa saber el nombre del asesino o asesinos, me genera más rabia la manera en que se ha tratado su muerte. Hubo una investigación mal hecha y la prensa trató el asunto con saña", exclama Maconi. "El responsable de la muerte de Pasolini fueron la sociedad italiana y la clase política, lo que da mucho que pensar".

Una de las ilustraciones de la novela gráfica<i> El caso Pasolini. </i>
Una de las ilustraciones de la novela gráfica El caso Pasolini.

Babelia

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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