San Valentín en el patio de butacas
- La pareja estrella del cine español exhibió por fin en público su relación sentimental - Luis Tosar y Marta Etura vivieron una noche mágica al llevarse a su casa sendas estatuillas
La pareja real del cine español, Javier Bardem y Penélope Cruz, los oscarizados, los más bellos y también de los más talentosos estaban allí sentados. Y dieron premios. Por de pronto, Bardem se gustó, imitó a Malamadre y le entregó a su amigo Luis Tosar el Goya a la mejor interpretación masculina. Tosar aseguró que para él su gran trofeo ya había pasado antes: su chica, Marta Etura, había recibido el cabezón a la mejor secundaria. Ella ya le había hecho un guiño desde el escenario, cuando habló de su "cielo", del amor, antes de recordar a su padre, que ha perdido hace un mes una pierna en un accidente de moto. Es decir, Bardem y Cruz dieron un espaldarazo a otra pareja de gala: Tosar y Etura.
Celda 211 sacó el rodillo en los premios de más enjundia, Ágora mojó en los técnicos. Eso sí, el récord de los récords, los ocho goyas del mago de los efectos especiales, Reyes Abades, quedó igualado por Alejandro Amenábar (galardón con el guión de Ágora) y Alberto Iglesias. Gracias a la partitura de Los abrazos rotos, el compositor donostiarra comentaba, siempre risueño: "Nunca te lo esperas. Temes que la gente se canse de votarte".
Daniel Monzón es otra cosa, es un tipo apasionado del cine, y su cuarta película, Celda 211, le dio dos alegrías: mejor guión adaptado y mejor director. Ahí no hubo sorpresas, ni siquiera en el de mejor película. Monzón aseguró que le han ofrecido el remake hollywoodiense del filme: "Pero estos premios no me van a cambiar. No aceptaré el proyecto porque quiero hacer otras cosas. Probablemente, una comedia negra". El protagonista de su película, Luis Tosar, hablaba así de su director: "Los trabajos buenos como intérprete dependen mucho de quien esté detrás de la cámara".
El galardón a la cara de más sorprendido fue para Raúl Arévalo, mejor actor de reparto con Gordos. Daniel Sánchez Arévalo, director y guionista de esa película, temía el rodillo: "Yo no quiero irme con ocho candidaturas y de vacío a casa. ¡Por lo menos que me den una!". Pues ahí estuvo Arévalo: "Estoy desubicado. Pensaba que era para Carlos Bardem... Puede que la Academia me quiera". A Lola Dueñas también la Academia le reconoció su talento, previamente galardonado con la Concha de Plata en San Sebastián con Yo, también. "Me he enfrentado a tres fieras. Pero quiero que recuerdes a Pablo Pineda [su compañero de reparto], porque la mitad de este premio es suyo".
El resto se acercó a lo esperado. Los productores de El secreto de sus ojos, Gerardo Herrero y Mariela Besuievski, comentaban su tranquilidad. "Es que la película es muy buena". Y para ellos y para su actriz Soledad Villamil fueron dos de los galardones. Mar Coll, la mejor dirección novel con Tres días con la familia, respiró tranquila tras ganar en una categoría que estaba muy abierta. Sus nervios desaparecieron cuando recibió el cabezón. Y reflexionó sobre la importancia del trofeo: "Hará que la profesión me conozca". Otro que ya empezará a sonar será Javier Recio, Goya al mejor corto de animación con La dama y la muerte, que participará en tres semanas en la misma categoría en los Oscar. Con un brillo en los ojos reconocía: "Éste me parecía más complicado. Veremos ahora en Hollywood".
Afuera quedaron los gritos de miembros del comité de empresa de TVE, que protestaba contra la externalización de algunos serviciosen una gala que retransmitía esa cadena. Junto a ellos estaba la plataforma Clases Medias, que protestaba "contra el lujo de los cineastas en tiempo de crisis y sus subvenciones". Jordi Mollá, a quien llegaron a gritarle "hijo de puta", les devolvió un "que Dios os bendiga".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.