Mas desempolva el discurso de la Casa Gran para la campaña

Prudencia en dosis industriales. Ésta fue la receta que Artur Mas dio ayer a los cuadros de Convergència Democràtica para afrontar el año electoral de 2010, en el que los nacionalistas catalanes esperan y desean recuperar el Gobierno de la Generalitat. El presidente de Convergència cerró ayer el año político en un almuerzo con dirigentes del partido y periodistas, ante los que reconoció que espera que 2010 sea un año "de cambios". Para ello, Mas anunció que dará un nuevo impulso a su discurso de la Casa Gran del Catalanisme, en un intento de reorientar hacia Convergència a los nacionalistas que se han pasado a ERC, al PSC o directamente a la abstención.

Mas aseguró que según sus encuestas CiU saca ahora 10 puntos de ventaja al PSC, pero recordó que en 2003, cuando Pasqual Maragall alcanzó la presidencia de la Generalitat, algunos sondeos decían lo mismo que ahora. De ahí que pidiera prudencia a los suyos. El candidato a la alcaldía de Barcelona, que acompañaba a Mas, fue mucho más explícito. "No la caguemos", pidió entre risas. Las elecciones están previstas para otoño y Mas ha asegurado que no pedirá un avance electoral. Con todo, Unió Democràtica sí lo reclamó ayer argumentando que el tripartito "ha perdido la centralidad".