Un grupo de influyentes ulemas iraníes cuestiona el resultado de las elecciones

Una de las principales asociaciones de ulemas de Irán ha cuestionado el resultado de las elecciones presidenciales, que dieron el triunfo a Mahmud Ahmadineyad. En un comunicado colgado de su página web, la Asociación de Investigadores y Profesores del Seminario de Qom critica las irregularidades y pide a las grandes figuras religiosas del país que actúen en consecuencia. Su toma de posición constituye un desafío al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.

"Algunos miembros del Consejo de Guardianes expresaron su preferencia por uno de los candidatos antes de las elecciones, la televisión estatal se inclinó por uno de ellos, no se permitió que los representantes de los candidatos estuvieran presentes antes del sellado de las urnas y en algunos casos ni siquiera durante el escrutinio", denuncia la Asociación. "A la vista de todas estas irregularidades, ¿se puede entonces reconocer la legitimidad de los comicios basándose sólo en la aprobación del Consejo?", se pregunta.

Se trata de la mayor brecha en la cúpula clerical desde la revolución islámica

Su actitud constituye un golpe para el Gobierno, y en especial para la autoridad del líder supremo. Aunque por ahora se trate de un gesto simbólico, contradice la versión oficial de que los candidatos opositores Mir Hosein Musaví y Mehdi Karrubí son unos traidores. Algunos analistas consideran que se trata de la mayor brecha en la cúpula clerical desde la revolución islámica.

Cuando el viernes 19 de junio el líder supremo de Irán rompió con su papel de árbitro y se alineó con Ahmadineyad, muchos iraníes miraron a Qom. Esa ciudad polvorienta situada 120 kilómetros al sur de Teherán es, junto a Nayaf (Irak), la sede del saber y el pensamiento del chiísmo, una especie de Vaticano de esa rama del islam. Durante los primeros días de las protestas se especuló con que el viaje a Qom del segundo hombre más poderoso de Irán, Alí Akbar Hashemí Rafsanyaní, tenía por objetivo recabar apoyos para frenar, y en última instancia destituir, a Jamenei.

Aunque algún destacado ayatolá como el ultraconservador Mohammad Taqi Mesbah-Yazdí ha celebrado la reelección de Ahmadineyad, al menos dos grandes ayatolás, el disidente Hosein Alí Montazerí y su aliado reformista Yusof Saneí, han criticado a las autoridades. La asociación, que ya pidió la anulación de las elecciones, denuncia la represión de las protestas y las detenciones de opositores. "En un ambiente militarizado, han respondido con violencia a la voz pacífica de la gente para reclamar sus derechos, y desgraciadamente ahora nos enfrentamos a decenas de muertos y heridos y cientos de detenidos de forma ilegal", asegura el comunicado antes de presentar sus condolencias a las familias de las víctimas y pedir la liberación de los encarcelados.

Precisamente ayer el jefe de la policía, el general Esmail Ahmadí-Moghadam, aseguró que "dos tercios de los detenidos en los recientes desórdenes han sido liberados", según la agencia oficial Irna. El miércoles, Ahmadí-Moghadam cifró en 1.032 los detenidos en Teherán. La Federación Internacional de Derechos Humanos eleva esa cifra a 2.000 en todo el país.

Ayer recuperó la libertad el periodista grecobritánico Iason Athanasiadis, que se encontraba detenido desde el 23 de junio por haber sobrepasado el tiempo de estancia establecido en su visado y estaba acusado de "actividades ilegales". Las autoridades también anunciaron la inmediata liberación del octavo de los nueve empleados iraníes de la Embajada británica detenidos hace una semana, pero anoche aún no se había confirmado.