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Entrevista:TONY ALLEN | Batería, padre del 'afrobeat'

"Soy más bien una institución"

A la pregunta sobre el lugar que ocupa en la música africana actual Tony Allen (Lagos, 1940) responde sin vacilar: "No creo que me deban catalogar como un músico más. Soy más bien una institución. Entre los músicos africanos y, especialmente, entre los baterías de todo el mundo".

Queda claro pues que el músico nigeriano no tiene abuela, aunque en el fondo se sabe asistido por la razón. Inventor junto a Fela Kuti en los años setenta de los ritmos afrobeat, el productor Brian Eno le consideró "probablemente el mejor batería que haya existido nunca". Y si su autoestima siempre fue elevada, ahora se intuye estratosférica tras la edición de Secret agent, su primer CD con el mítico sello World Circuit.

"Me ha llevado dos años terminarlo, un tiempo insólitamente extenso para mí, pero es un gran paso adelante", apunta en su hotel madrileño. En agosto cumplirá 69 y siempre le caracterizó un gesto más bien adusto, pero hoy parece tocado por el buen humor. "Soy una persona bastante negativa. Tiendo a pensar que el ser humano se ha estancado y el mundo marcha a peor". ¿Un flagrante caso de humor cambiante? Allen admite riendo que el mismo repertorio de Secret agent refleja un talante "crítico pero vitalista": tan pronto denuncia en Elewon po la opresión de las dictaduras africanas como invita a la insurrección en Pariwo, elogia el poder sanador del baile (Ijo) o pronostica en Atuwaba un futuro mejor.

El propio Fela Anikulapo Kuti confesaba que el afrobeat "no habría existido nunca" sin Tony Allen. "Algunos definen esta música como una especie de orgasmo sonoro, por la cadencia, duración e intensidad de las interpretaciones", dice el batería. "Yo prefiero una explicación más rigurosa. Es la intersección entre el ritmo de África y el de Occidente. Ahí radica su excepcionalidad. Mi excepcionalidad".

Abuelas al margen, Allen es inconfundible al primer golpe. Esa singularidad es, aún hoy, una obsesión para el artista nigeriano. Es un sonido que trasciende divisiones estilísticas. Por eso también se nota su presencia en The Good, The Bad & The Queen, esa superbanda interracial que fundó con Damon Albarn (Blur) y Paul Simonon (The Clash). "Me siento orgulloso de hacer rock melódico sin renunciar a mis patrones", presume. Cuando se le pregunta con cuál de los tres personajes -el Bueno, el Malo o la Reina- se queda, responde también sin vacilar: "El Malo, claro. ¿No se me nota?". Y su carcajada retumba por todo el recibidor del hotel."Tiendo a pensar que el ser humano se ha estancado y vamos a peor"

El músico nigeriano Tony Allen, esta primavera en Madrid.
El músico nigeriano Tony Allen, esta primavera en Madrid.LUIS SEVILLANO
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