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Emilio Aragón se zambulle en la posguerra

El melodrama 'Pájaros de papel' supone su estreno como director

Gregorio Belinchón

Era un paso natural. "Y ansiado". Emilio Aragón (La Habana, 1959) ha actuado en el circo, la televisión y el cine. Ha compuesto música, grabado discos y dirigido orquestas. Levantó su propia empresa, Globomedia. Ha producido televisión, dirigido diversos formatos en la pequeña pantalla y por fin, le ha tocado el cine. Aragón finaliza el próximo lunes el rodaje de Pájaros de papel, la vida de una compañía de vodevil en la posguerra española, una extraña familia con un padre cantante (Imanol Arias), una madre ventrílocua (Lluís Homar), un huérfano de 10 años (Roger Príncep), una cupletista (Carmen Machi) y una niña bailarina.

Es el final a 10 años en los que Aragón le ha dado vueltas a la idea. "En el plató de Médico de familia escuchaba historias de los veteranos, Luis Barbero y Pedro Peña, y empecé a inspirarme con ellas". También hay un homenaje a su padre, Emilio Aragón, Miliki. "He desayunado y cenado con miles de sus aventuras. Es un canto de amor a la generación, olvidada, a la que pertenecía mi padre, que hizo teatro variété. Y me refiero tanto a los que se quedaron como a los que se fueron: mi padre se fue en 1945 a América. Me junté para escribir con Fernando Castets [guionista de El hijo de la novia], porque tenemos las mismas inquietudes". La música también será de Aragón.

La realidad de la España de la época está ahí. Y Franco no sale bien parado"

Y salió Pájaros de papel, un guión que puede recordar a Viaje a ninguna parte. "Pero son ambientes distintos. Obviamente hay un nexo común: el teatro. Sin embargo, también sonará a cine de este tipo como ¡Ay, Carmela! En realidad, la historia que contamos es más amplia. Me da la sensación de que se ha convertido en diversas islas con vidas independientes, aunque interconectadas. Hablo, entre otras cosas, de la necesidad de escapar del dolor a través de la música y la ilusión que se crean los personajes. En una línea: es un padre que encuentra a un hijo y un hijo que encuentra a un padre, y una tercera persona, el papel de Lluís Homar, que ejerce de madre". Como el filme empieza en 1939 y acaba a finales del 40, "la realidad de la España de la época está ahí. Y Franco, claro, no sale bien parado".

Los técnicos de la película no paran de hablar maravillas del director, cosa rara en el cine español. Confiesan que escucha, que absorbe sus consejos. Interpelado el aludido, sonríe: "Yo soy el encantado. Me han apoyado desde el primero al último. Les escucho mucho porque es la única manera de sumar en cualquier proyecto". Aragón -con cara de cansado e ilu-sionado- desgrana una retahíla de anécdotas que confirman la entrega del equipo para una película que se estrenará en febrero de 2010. "El filme es un melodrama, requiere mucha concentración para pasar de secuencias de llanto a la risa pura en una sola jornada". ¿Y qué opina de la Ley de la Memoria Histórica, ya que Pájaros de papel transcurre en esos años duros? "Era inevitable. La historia la cuentan siempre los ganadores. Tenía que pasar. Afortunadamente, ya ha pasado la época más vocinglera. Es normal. Creo que bastante bien lo hemos hecho ahora para lo que fue la dictadura". "

Emilio Aragón, en el rodaje de <i>Pájaros de papel.</i>
Emilio Aragón, en el rodaje de Pájaros de papel.
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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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