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Reportaje:

Brad Pitt y otros retratos teatrales de Robert Wilson

Las creaciones en vídeo del artista llegan a España

Brad Pitt posa bajo la lluvia en calzoncillos y calcetines blancos mientras sujeta una pistola de agua. La escena forma parte de la sorprendente colección de vídeorretratos del artista norteamericano Robert Wilson, que se expondrá en Valladolid hasta el 31 de mayo.

La muestra, titulada WOOM Portraits, que se inaugura el 2 de abril, se exhibe simultáneamente en tres salas municipales de la capital y es la primera vez que llega a España. Además de Pitt, la exposición incluye otros 15 retratos de personas, conocidas o no, así como búhos, una pantera negra y un perro que han posado, o se han dejado dirigir, por este polifacético artista calificado por algunos críticos como "una figura clave en el mundo del teatro experimental".

La sensación del espectador ante este montaje tiene poco que ver con la que se siente ante una colección tradicional de pintura o fotografía. Para empezar, la moqueta mullida de las salas predispone al visitante a entregarse con una cierta vulnerabilidad a los retratos. Cada cuadro vivo es una obra de arte independiente, con significado único. Los personajes son presentados en pantallas de alta definición y del mismo tamaño que el espectador, lo que permite tener casi al alcance de la mano a la actriz Isabella Rossellini, la princesa Carolina de Mónaco, escritores, bailarines o a un inabarcable campeón mundial de sumo. Particularmente impactante resulta el retrato de la actriz estadounidense Winona Ryder, mirando a lo lejos mientras permanece enterrada hasta el cuello en un montón de arena.

Todos los sujetos retratados, sean humanos o animales, posan casi sin moverse y son paradigma del dominio que el artista tiene sobre el color y la luz y su interés por el teatro, el diseño, la música, el cine y el arte en general. El propio artista, quien seleccionó personalmente los retratos para esta muestra, tiene previsto viajar a Valladolid desde Berlín, donde presentará su espectáculo sobre los sonetos de Shakespeare.

Wilson sostiene que las obras que forman la exposición pueden ser vistas de numerosas maneras y en espacios diferentes a las clásicas salas de exposiciones. Están pensadas para contemplarse en un museo, pero también en paradas de metro, en aeropuertos, en la propia televisión, o "en la esfera de un reloj de pulsera", según el propio artista, que no cree descabellado verlas incluso proyectadas en una pared de casa porque "pueden ser como una ventana que nos muestra otro mundo, un documento de nuestro tiempo". Los retratos (cada uno de los cuales incorpora su propia banda sonora, incluyendo colaboradores asiduos como Tom Waits o Heiner Müller) se diferencian de la fotografía y del arte de vídeo contemporáneos porque crean un ambiente íntimo y vivo para el espectador.

Además, Wilson incorpora un elemento de sorpresa en cada obra con el uso del movimiento. Durante el rodaje, el artista pide a aquél a quien está retratando que "no piense en nada" y que limite sus movimientos a un par de gestos (un parpadeo o un pequeño movimiento del pie) que el vídeo recoge de forma muy controlada, por lo que la experiencia de mirarlos cambia totalmente. En el caso de Winona Ryder, lo único que parece tener movimiento son algunos de los accesorios que utiliza en la obra de teatro que protagonizaba cuando fue retratada (un cepillo de dientes, un bolso, un revólver), que se hacen visibles e invisibles una y otra vez. El efecto final del trabajo de este artista es un contraste fascinante entre la naturaleza muerta y la vida real.

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