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Crisis energética en la UE

Bruselas da 24 horas a Moscú y Kiev para reanudar el suministro

Cuatro países se quedan sin combustible desde mañana

Andreu Missé

El primer ministro checo, Mirek Topolanek, que ostenta la presidencia de turno de la UE, dijo ayer que hoy es un día clave en la guerra del gas entre Rusia y Ucrania. "Si el suministro no se restablece mañana [por hoy], entonces tendremos que considerar una intervención fuerte de la UE". Y es que si no se restablece el flujo de combustible, para mañana cuatro países de la UE -Bulgaria, Rumania, Eslovaquia y Hungría- se quedan sin un metro cúbico de gas. Todo es más preocupante, además, si se tiene en cuenta que para poner en marcha los gasoductos hacen falta cuatro o cinco días.

Bulgaria ya ha rebajado drásticamente o cortado en su totalidad el suministro a la industria y alrededor de 45.000 viviendas se quedaron sin calefacción central. Muchas escuelas y empresas medianas cerraron. En Hungría, la planta de Suzuki -uno de los mayores exportadores del país-, paralizó la producción hasta el lunes por la falta de gas. Mientras tanto, en Bosnia, dos siderúrgicas que dan empleo a miles de personas también suspendieron los trabajos.

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Para hoy está prevista una reunión en Bruselas para intentar hallar una solución. Asistirán los presidentes del gigante ruso Gazprom, Alexei Miller, y de la compañía ucrania Naftogaz, Oleh Dubyna, con plenos poderes, y representantes de la Comisión, encabezados por el comisario de Energía, Andris Piebalgs. También habrá entrevistas a nivel ministerial. Paralelamente, en Praga, se celebrará una reunión del Consejo de Asuntos Generales que abordará de manera especial la crisis del gas. Si el conflicto no se resuelve antes del sábado, está prevista la convocatoria de un Consejo Extraordinario de Energía para el lunes.

La presidencia checa, que ayer intentó en Praga contar cuáles son sus planes para los seis meses de mandato, reconoció que "la crisis del gas había ensombrecido" los temas de su agenda, como la recuperación económica, la política energética común o el impulso de las relaciones con los países de los Balcanes. El primer ministro Topolanek recordó que "la larga pertenencia de su país al bloque del Este en el pasado, así como nuestra experiencia del totalitarismo, nos da la capacidad para poder empezar las discusiones y encontrar una solución".

El malestar europeo fue puesto de manifiesto por el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, quien afirmó "pacta sunt servanda (lo pactado obliga)". El jefe del Ejecutivo comunitario advirtió de que si no se restablece el suministro de gas por Rusia (como proveedor) y Ucrania (como país de tránsito) ambos países "dejarán de ser creíbles". En su opinión, está en juego "la fiabilidad" de ambos países en las relaciones comerciales internacionales. No obstante, ni Topolanek ni Barroso quisieron precisar las medidas de fuerza que puede emplear la Unión. Por su parte, el Alto Representante para la Política Exterior la UE, Javier Solana, insistió en que "el gas y el petróleo no deben utilizarse como arma política".

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El primer ministro checo, Mirek Topolanek (centro), habla con Alexandr Vondra (derecha) y Durão Barroso.
El primer ministro checo, Mirek Topolanek (centro), habla con Alexandr Vondra (derecha) y Durão Barroso.AFP

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