Una modesta proposición
El ciudadano interesado se desayunaba ayer con la noticia de que el Gobierno proyecta un nuevo trasvase hacia Murcia, desde el Tajo en Extremadura. Tras el paréntesis de Cristina Narbona, volvemos a la rumba de las políticas de oferta a costa de los recursos hídricos de agua dulce, que en nada favorecen el ahorro de agua y el funcionamiento natural de nuestros ríos, aspectos ambos tan necesarios para el país. La piel de toro futura nos lo agradecerá, sin duda.
Pero seamos positivos, como nos ordenan todos los días. En lugar del propuesto, ¿por qué no hacer un trasvase desde el río Jarama, antes de su desembocadura en el Tajo? Ventajas: 1) la salud del Tajo aguas abajo de Madrid, tan maltrecha por tantos años de vertidos de aguas residuales, mejoraría; 2) habría más agua limpia para Extremadura y Portugal; 3) el Jarama en su tramo bajo tiene difícil arreglo; 4) las sustancias que lleva el Jarama aumentarían el rendimiento de los cultivos murcianos.
Inconvenientes posibles: no vemos ninguno; las aguas depuradas de la Comunidad de Madrid que transporta el Jarama no son de peor calidad que las del Segura, con las que han estado regando tantos años (trasvase Tajo-Segura aparte); el ahorro en tuberías debido al cambio de trazado podría gastarse en mejorar aún más la depuración de esas aguas antes de que lleguen a la huerta murciana, y así diversificamos la oferta de obra pública, que todas las constructoras tienen su corazoncito.
