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Reportaje:

Los discretos 80 años de Fats Domino

McCartney, Elton John y otras estrellas recuerdan al músico de Nueva Orleans

Diego A. Manrique

Hoy, Antoine Fats Domino cumple 80 años. No es una onomástica habitual entre los pioneros del rock and roll, que han ido sucumbiendo por el camino. Además, existen motivos especiales para celebrar su longevidad: en el verano de 2005, cuando las inundaciones desatadas por el Katrina arrasaron Nueva Orleans, se le dio por muerto durante varios días, hasta que un helicóptero le rescató de las ruinas de su casa. Se había negado a moverse, intuyendo lo que iba a ocurrir a continuación de la riada: lo poco que se salvó, fue saqueado.

Su drama no pasó inadvertido: el mundo de la música se ha volcado con él. Se ha lanzado un Greatest hits (EMI) que junta sus números más conocidos en un solo CD. Una plétora de estrellas aparece en Goin' home: a tribute to Fats Domino, un doble disco con 30 versiones de sus éxitos. Se abre con John Lennon y su interpretación de Ain't that a shame e incluye también a Paul McCartney, que hace I want to walk you home: los Beatles bebían en su música, como demostraron con Lady Madonna. La nómina de admiradores resulta apabullante: Robert Plant, Tom Petty, Neil Young, Elton John, Norah Jones, Ben Harper, Dr. John, Herbie Hancock, Willie Nelson...

Que conste que Fats Domino no necesita dinero desesperadamente: le siguen llegando los derechos de autor y se ha instalado en una nueva casa, en los alrededores de su castigada ciudad. Los beneficios de Goin' home van a la Tipitina Foundation, una organización que dona instrumentos a las escuelas y ayuda a músicos anónimos de Nueva Orleans.

Domino no encaja en los estereotipos de estrella del rock. Su vida carece de escándalos: sigue casado con su primera esposa y ha criado a ocho hijos. Nunca le ha gustado viajar fuera de Nueva Orleans: no quiso tocar cuando le hicieron miembro del Rock and Roll Hall of Fame y rechazó presentarse en la Casa Blanca. En general, desconfía de los extraños y sólo le gusta la comida que él mismo cocina.

Desde luego, tampoco se considera un rockero. Él ya grababa discos cuando Elvis Presley todavía iba al instituto y forma parte de la rica tradición del rhythm and blues de Nueva Orleans. Sí es cierto que fue descubierto por el público juvenil en 1955 pero su música, relajada y amigable, se distanciaba del frenético rock and roll de Little Richard, aunque compartieran músicos a la hora de grabar.

Carecía de la fiera ambición de sus colegas: a mediados de los sesenta, cuando cambiaron las modas y dejó de cosechar éxitos, renunció a las largas giras. Se fue distanciando del negocio discográfico y, esencialmente, se contentó con lanzar grabaciones live. Su último intento de reconectar con la actualidad fue Fats is back, bonito elepé de 1968, donde recreaba algunos temas de los Beatles: "Ellos siempre hablan de mí y yo debía agradecerles esos cumplidos". Así es Fats Domino: un caballero sureño, convencido de que vivir es más importante que triunfar.

Fats Domino, en una foto de 1995.
Fats Domino, en una foto de 1995.EFE
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