Alcaldes por siempre jamás

En el bar Estanco de Sandiás, la tarde cae lenta bajo la mirada de un san Pancracio que carga con una moneda como un donuts en la diestra y una rosa colorada en la siniestra. Con él sólo compite un escudo del Atlético, así que, ante la falta de estímulos, los hombres, tres docenas, se apiñan en las mesas concentrados en el mus. Al otro lado de la avenida de Madrid, espantando el frío en sus casas, están las mujeres. Es curioso que las señoras no compartan afición con los hombres en un pueblo que gobierna una dama, Concepción Méndez Gándara, desde hace 28 años.

La nota discordante de la escena suena junto a la pared, casi debajo del emblema rojiblanco. Camilo de Dios, ex maqui, ex condenado a muerte, ex amnistiado, ex miembro del PC, ex concejal en Xinzo y en Sandiás y siempre ateo a pesar de su apellido, observa como el mártir del mostrador a sus compañeros desde el pedestal que le presta un taburete alto.

El alcalde de Cenlle, 37 años en el cargo, quería retirarse, pero murió su sucesor y no pudo ser

Camilo no juega. Dice que porque en la cárcel no se permitían los juegos de azar y él sólo se defiende "con el ajedrez y las damas". Camilo es un tipo raro. Un tipo raro que se niega a votar a esa alcaldesa que sigue gobernando por mayoría (6 PP / 2 PSdeG / 1 BNG) e incluso mejora resultados sin vivir en el pueblo. Esto último, los vecinos no lo tienen en cuenta. Están acostumbrados, porque tampoco el médico, el practicante, la farmacéutica y el cura viven en Sandiás. Lo normal, en la gente importante.

La memoria de los vecinos, que son mayores, no recuerda otra cosa: "Conchita es la alcaldesa de toda la vida, con UCD y el PP, y antes que ella, con Franco, mandaba su suegro". Pese a la fidelidad, explica Carmen, la camarera, "en Sandiás no hay nada: las únicas flores son las del ayuntamiento".

Cuando se desecó la Lagoa de Antela, en las tierras ganadas, los vecinos y el sindicato Comisións Campesiñas quisieron fundar una escuela de capacitación agraria "para que los jóvenes no emigrasen". Firmaron un documento con la Diputación, pero la falta de acuerdo a la hora de juntar entre todos 30 millones de pesetas y 170 hectáreas dio al traste con la aventura. En su lugar, Baltar construyó un hipódromo que celebra algunas carreras al año, pero los vecinos no suelen asistir. "Es que siempre ganan los caballos ingleses", protesta Antonio de Piñeira.

Camilo achaca los males del lugar a que los sandiaos son "gente individualista", que "prefiere quedarse como está". "Una vez fundamos una cooperativa para la patata, pero el gerente nos engañó: iba con los almacenistas. Luego, el personaje montó una academia fuera, y aquí aprendimos que las medias sólo son buenas para las piernas".

En el bar Estanco critican a la alcaldesa porque "gana medio kilo". Pero hablan por hablar porque, luego, a nadie le gustan las coaliciones y la aplastante mayoría vota a Concha. "Aquí, no se cuida el voto. El voto es fiel", suelta De Dios, "y cuanto peor trate el político al vecino, más le vota".

"La campaña", sigue el viejo maqui, "está en las cocinas: allí celebra los mítines Conchita". "La oposición no hace nada porque sabe que no gana, pero la alcaldesa recorre casa por casa con los de su lista. Promete aquí dos camionetas de piche, allá un punto de luz... Y el centro de día para viejos lo inaugurará cuando hayamos muerto".

Concepción Méndez parece una alcaldesa por siempre jamás. Una, entre los 29 regidores gallegos que, con historias muy diferentes de ésta, han asumido el cargo como una profesión vitalicia, 14 de ellos llegados antes de las primeras elecciones democráticas, las de 1979, 14 de la provincia de Ourense y, casi todos, 24, del PP.

La mayoría gobiernan municipios pequeños. Las excepciones son Redondela, con Xaime Rey (PSdeG, 30.100 habitantes); Fene, con Xosé María Rivera (BNG, 14.500); Salvaterra, con Arturo Grandal (PP, 12.500) y Sada, con Moncho Rodríguez Ares (Partido Democrático Sada Popular, 11.932). Junto a Rodríguez, Rey y Rivera, los otros alcaldes que no militan en el PP son el veteranísimo de Xove, Jesús López, y el de Brión. José Luis García siempre fue independiente, pero mañana se presentará por el PSOE.

Salvo el de Xove, todos los alcaldes ya citados accedieron por primera vez a sus cargos en 1979. Entre los restantes, todos del PP, algunos estuvieron en la oposición durante cortos períodos, pero enseguida retomaron el bastón de mando. En Ourense completarían la lista los alcaldes de A Peroxa (Manuel Seoane), Xinzo (Isaac Vila), Xunqueira de Ambía (José Luis Gavilanes), Oímbra (Alfonso Villarino) y Arnoia (Rogelio Martínez). En A Coruña quedarían por citar los alcaldes de Cesuras (José Ferreiro Pardiñas), Santiso (Ramón Villar) y Oza dos Ríos (José Ramón Peón), y en Lugo, el regidor de Paradela (José Manuel Mato).

Sin embargo, en estas elecciones, Alfoz, Portomarín y Cervantes vivirán su particular transición porque sus alcaldes han decidido al fin jubilarse. Los regidores son aún Antonio Gómez (PP), Eloy Rodríguez (PP) y Manuel Belón (PSdeG), que ocupaban el consistorio desde 1969, 1977 y 1962, respectivamente. El candidato más antiguo será ahora el del municipio orensano de Cenlle. Manuel García hubiera preferido retirarse también, pero continuó tras la repentina muerte de su veterano teniente de alcalde, que le iba a suceder.

Y es que la falta de unos herederos con posibilidades de ganar es lo que obliga a continuar a muchos de estos candidatos. De hecho, esta vez, los alcaldes de Vilamartín de Valdeorras y Quintela de Leirado ya abonan el terreno para poder retirarse en la siguiente ronda. Manuel Candal ha colocado de segunda a su hija María Jesusa, y José Pérez Cortés ha hecho lo propio con su hijo Pablo.