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Reportaje:Controversia política por el 'caso De Juana'

El presidente, frente a la ofensiva del PP

Los populares calientan motores en el Senado ante la manifestación del sábado en Madrid

Luis R. Aizpeolea

"Si usted no cumple sus compromisos [con ETA], le pondrán bombas, y si no hay bombas es porque ha cedido". Lo dijo el líder del PP, Mariano Rajoy, el 15 de enero en el debate que sostuvo en el Congreso con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tras el atentado de ETA del 30 de diciembre en Barajas, que rompió el proceso para el final dialogado del terrorismo.

Como desde el 15 de enero hasta hoy, ETA no ha vuelto a actuar -sí lo ha hecho la kale borroka-, el PP concluye que Zapatero "ha cedido", y utiliza la decisión del Gobierno socialista de situar al etarra De Juana en prisión atenuada como muestra de esa cesión a la banda terrorista. A partir de ese dato, el PP añade un nuevo capítulo, el más contundente en su oposición a la política antiterrorista de Zapatero, que tiene como cumbre la manifestación que ha convocado para este sábado en Madrid. El debate de ayer en el Senado le sirvió para calentar motores.

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La puesta en escena de los populares en la Cámara alta obedeció a este esquema. Su bancada convirtió el Senado, caracterizado por sus tranquilas sesiones de debate, en un griterío durante la intervención de Zapatero, que se vio obligado a interrumpir su palabra innumerables veces. Los senadores del PP trataron de ofrecer, con su sobreactuación, una imagen de indignación que sirviera para movilizar clientela para el sábado.

El PP está jugando a fondo la baza del enorme rechazo que De Juana provoca en la población y está apelando a esos sentimientos. Juega también en sus declaraciones rotundas con la confusión. Mucha gente no sabe aún que el etarra De Juana ya cumplió la condena por sus 25 asesinatos ni que, al estar ahora en prisión atenuada, no quedará en libertad hasta cumplir el año y medio que le queda por el delito posterior de amenazas no terroristas.

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Zapatero y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, con el respaldo de la ejecutiva socialista, han diseñado una estrategia para contrarrestar la ofensiva del PP. La primera pieza fuerte fue la intervención del presidente ayer en el Senado, y la segunda será la de Rubalcaba, el próximo jueves, ya celebrada la protesta de Madrid.

Zapatero aprovechó la sesión de la Cámara alta para ejercer la pedagogía, que sigue un guión con tres puntos fundamentales y por este orden: desmontar que el Gobierno ha cedido ante ETA, que el Ejecutivo ha seguido el mandato de la ley y que el PP tiene una doble moral y ha hecho una utilización inédita y peligrosa de la lucha antiterrorista como arma electoral.

Zapatero siguió ese guión en su respuesta a Pío García Escudero, portavoz del PP en el Senado. Demostró con datos que la política penitenciaria de su Gobierno es la misma que la que ejecutó el Ejecutivo de Aznar de 1996 a 2004. La parte del relato de Zapatero que más impactó en la bancada del PP, a juzgar por su silencio, fue cuando mencionó cómo el etarra Iñaki Bilbao, que fue excarcelado por el Gobierno de Aznar cuando sólo cumplió 17 de los 52 años a los que había sido condenado, dos años después asesinó al concejal socialista vasco José Priede. "¿Se imagina por un momento que nosotros hubiéramos tenido entonces un comportamiento parecido al que están teniendo ustedes ahora?", preguntó Zapatero ante el silencio del PP. Fue el momento más impactante de la intervención del presidente.

Ayer le dedicó menos atención a la defensa de la legalidad de la decisión de prisión atenuada para De Juana frente a la acusación del PP de "fraude de ley" porque este debate lleva más de una semana en la palestra. No obstante, replicó al PP que el Gobierno tomó la decisión siguiendo a rajatabla los informe médicos y jurídicos. A este aspecto le concede Zapatero mucha importancia. Todo el proceso de final dialogado del terrorismo tuvo como base la legalidad. Y, una vez roto, será la legalidad la guía para afrontar el reto de la participación, o no, de la izquierda abertzale en las elecciones de mayo.

Otra clave es la preocupación del Gobierno por las consecuencias en la convivencia social del inédito debate, en la democracia española, sobre la política antiterrorista que ha abierto el PP. Lo denunció ayer Zapatero cuando dijo que el PP ha hecho del terrororismo el eje de su oposición a la política del Gobierno. Y, por ello, cerró con un llamamiento a los populares a la unidad, aunque vaticinó que no podrá ser hasta después de las elecciones generales.

A su vez, la dirección el PSOE decidía ayer continuar "respondiendo" al PP con datos de su política penitenciaria al estimar que el silencio llevaría consigo que la versión de los populares sobre "la cesión" a ETA por beneficios penitenciarios a De Juana Chaos pueda calar. Así lo acordó la cúpula socialista tras escuchar el debate en el Senado, informa Anabel Díez. Sólo una minoría no necesitaría ese recordatorio, según los interlocutores socialistas. Por eso han decidido reconsiderar su negativa a acudir a debates sobre politica antiterrorista.

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