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Reportaje:

Las plegarias de una chica solitaria

Rickie Lee Jones publica 'The sermon of exposition boulevard', un disco de 13 canciones inspiradas en la Biblia

Elsa Fernández-Santos

Rickie Lee Jones posee una de las carreras más singulares y hermosas del folk-jazz americano. A sus 52 años y después de 30 de carrera, la autora de clásicos como Pirates, Coolsville y Chuck E.'s in love, publica un nuevo disco. The sermon of exposition boulevard. Nada místico ni iluminado, contiene 13 canciones inspiradas en pasajes del Nuevo Testamento (Falling up, Nobody knows my name, Circle in the sand o Elvis Cadillac...) que convierten los textos evangélicos en las íntimas plegarias de una chica solitaria.

Rickie Lee Jones está resfriada y su voz parece aún más nasal y aniñada. La s cantante suena como sus canciones, con una prodigiosa mezcla de ingenuidad y sabiduría. "Sí, estoy algo acatarrada", dice en conversación telefónica. En el contestador del móvil saluda la voz pizpireta -"Hola, soy Rickie"- de una cantante que a finales de los años setenta debutaba con éxito con un disco que celebraba su feliz idilio con Chuck Weiss. Sin embargo, en la conversación surge la mujer de ingobernable personalidad que -después de largas y tormentosas relaciones, la más célebre con Tom Waits, y la más sombría con la heroína- publicó uno de los discos acústicos más sobrecogedores de los últimos tiempos: Naked songs.

La idea de original de The sermon of exposition boulevard nació en una galería de arte de Los Ángeles donde unos amigos artistas y músicos de Rickie Lee Jones coqueteaban con la idea de hacer un proyecto en torno a "las enseñanzas de Jesucristo".

"No, no sabía demasiado de los Evangelios, siempre me interesó más el Antiguo Testamento. No soy religiosa, o lo soy, pero a mi manera; desde luego, no pertenezco a ninguna iglesia. Aunque creo que somos parte de algo, pero no sé si lo llamaría Dios". Igual que hizo suyo el Rebel, rebel, de David Bowie, o los clásicos de jazz de uno de sus mejores discos de versiones, Pop, pop, pop, la cantante se apropia de unos textos que hablan de la soledad o la naturaleza. "Creo que conecté de una manera profunda con estas palabras. Los curas televisivos han devaluado la belleza de la palabra de Cristo. Yo quería hacer algo hermoso e intuitivo".

Mientras componía, la cantante cuenta que tuvo como texto de cabecera un libro de poemas suní. "Es un libro musulmán de poemas de amor a Dios que me ayudó mucho a imaginar las canciones, a buscar el tono común de las historias". "Cualquier artista que hace algo interesante puede sobrevivir sin ser comercial. Yo sólo hago lo que puedo haciendo lo que quiero. Finalmente, no es lo que hago, es lo que soy".

Madre de una hija, Charlotte, Rickie Lee Jones se retiró hace años a un rancho para educarla. "¿La verdad? Son malos tiempos para las chicas, al menos lo son en mi país. Un ejemplo, en el Rolling Stone del año pasado sólo salió en portado una cantante: Maria Carey. No tengo nada en contra de ella, pero creo que el dato es suficiente. Éstos son malos tiempos para las mujeres. Nos obligan a entrar en batallas que no son las nuestras. Creo que educar a mi hija en un mundo así ha sido bastante horrible; protegerla, lograr que tantos y tantos mensajes no destruyan su autoestima". "Seguimos en la prehistoria", añade, antes de bromear: "Las mujeres no somos violentas como los hombres. ¡Sólo eso puede explicar que no les matemos! No estaría mal, chicas y madres del mundo, que nos levantáramos de una vez y tomáramos de verdad el mando".

La cantante Rickie Lee Jones, en una foto de promoción.
La cantante Rickie Lee Jones, en una foto de promoción.
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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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