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El chavismo se moviliza para reivindicarse frente a las amenazas de Estados Unidos

Miles de simpatizantes del Gobierno venezolano se concentran en Caracas en una marcha antiimperialista

Marcha celebrada en Caracas la semana pasada para rechazar la escalada militar de Estados Unidos. Foto: Miguel Gutiérrez (EFE) | Vídeo: Reuters

El chavismo ha movilizado este martes a miles de venezolanos en defensa de los símbolos patrios y en contra de la estrategia de presión que está ejerciendo Estados Unidos en Venezuela. La concentración se planteó como un acto “antiimperialista” y “en defensa de la soberanía”, con epicentro en Caracas y réplicas en varias ciudades. La marcha, convocada por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), se congregó en torno a dos referentes centrales: la bandera tricolor de ocho estrellas y la espada de Simón Bolívar con el objetivo de mandar un mensaje de unidad hacia dentro y hacia fuera del país. La multitud, tocada con gorras y ondeando banderas de Venezuela, entonó cánticos que apelaban a “patria soberana”, mientras cientos de militares uniformados acompañaron la concentración, superando en número en algunos lugares a los civiles. Pasadas las 17.00 (hora local), Nicolás Maduro se ha incorporado al frente de la caminata vestido de militar, acompañado del alto Gobierno del chavismo y de generales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Una de las participantes, Joselyn Báez, de 32 años, estudiante de Relaciones Internacionales y trabajadora de la Vicepresidencia, mostró su apoyo a “Maduro y su lucha”. Báez dice que está dispuesta a irse a la lucha armada si ocurre un ataque y asegura que ha recibido el entrenamiento para hacerlo “con responsabilidad”. “Quedarse con las manos cruzadas es no defender al país”. Para la trabajadora pública, Trump quiere instaurar una “hegemonía” y por eso “ha declarado terrorista a un país tranquilo y que solo quiere paz”.

“Cristo, el primer socialista de la humanidad”, se leía en un cartel levantado por un hombre uniformado entre la multitud congregada en los alrededores de la Plaza Venezuela, la cabecera de la marcha. “¡Que viva la patria bolivariana!”, arengaba desde el micrófono uno de los animadores del acto. “No somos amenaza, somos esperanza”, gritaba. Mientras, en la televisión estatal, resaltaban el espíritu de esta marcha “militar-policial-popular” para reivindicar la “unidad del país” frente a “la intención del imperialismo de hacerse con los recursos naturales” de Venezuela.

La mayoría de los asistentes eran empleados públicos, estudiantes de policías, agentes de todas las policías y militares, sectores donde el chavismo mantiene su base de apoyo.

Moraima Pérez, de 65 años, gestora y trabajadora social, defendía en la marcha que los venezolanos son “un pueblo que tiene derecho a la libertad” y que “no dependen de lo que decida Estados Unidos”. La familia de esta empleada pública está en España y estos días ha recibido las llamadas de preocupación por lo que ocurre en el país. “A mi hermana le dije: ‘Aquí todo está tranquilo”, dice. Pérez asegura no tener miedo: “Seguiremos saliendo a la calle mientras podamos para seguir con esta paz y que sea lo que Dios nos ponga”.

La movilización incluye el despliegue jueves, viernes y sábado de la nueva estructura de base del partido, los llamados comandos de comunidades bolivarianos integrales, creados para operar y controlar actividades consideradas “desestabilizadoras” en los barrios.

Los actos del chavismo en las calles contrastan, en cualquier caso, con el verdadero apoyo popular que mantiene. Los analistas calculan que, en la actualidad, alrededor del 80% de los venezolanos rechaza el régimen de Maduro frente a un 20% que aún lo apoya.

La calle se mueve mientras escala el choque con Estados Unidos y crece la incertidumbre. Este lunes, Washington oficializó la designación del llamado Cartel de los Soles —que señala a Nicolás Maduro y a la cúpula militar— como organización terrorista extranjera, en paralelo a un despliegue naval y aéreo sin precedentes en el Caribe.

El chavismo respondió a esta nueva medida de presión con un comunicado de la Cancillería en el que calificó la medida de “patraña”, “vil mentira” y “nuevo intento de cambio de régimen”. El oficialismo venezolano enmarca la persecución del supuesto cartel — cuya existencia está puesta en duda— en una estrategia para justificar una eventual intervención sobre Venezuela.

Maduro aprovechó su programa semanal del lunes por la noche en VTV, la principal emisora del Estado, para vincular la movilización de este martes con esa narrativa de asedio externo. Sin mencionar directamente al Cartel de los Soles, aseguró que, pese a las sanciones y al despliegue militar de EE UU, “no van a poder con Venezuela” y definió al país como “invencible” frente a las “guerras psicológicas, políticas y diplomáticas” de Washington.

En este momento, todos los escenarios parecen abiertos. A pesar de la estrategia de presión y de guerra psicológica contra el régimen, Trump ha abierto la puerta a dialogar directamente con Nicolás Maduro. El mismo día en que Washington designó oficialmente al chavista como líder de una organización terrorista extranjera, el republicano contó a su equipo sus intenciones de que de se produzca una llamada entre ambos, según publicó el portal de noticias Axios. Hasta el momento no hay una fecha establecida en firme para la conversación, según las mismas fuentes.

Fuentes conocedoras de la situación en Venezuela no descartan ninguna opción, pero ven “altamente” improbable que Maduro deje el poder. Explican que para que eso ocurra, sería necesaria una división interna que, de momento, no parece estar ocurriendo. “Hay que conocerlos bien. En el chavismo hay gente dispuesta a morir por defender sus posiciones”, sugiere una de esas fuentes.

Mientras tanto, el espacio aéreo venezolano continúa casi vacío en los mapas de seguimiento de vuelos, reflejo de las sucesivas cancelaciones que han reducido al mínimo la actividad. A las primeras suspensiones después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitiera el viernes una alerta para “extremar la precaución” al sobrevolar Venezuela debido a una “situación potencialmente peligrosa” vinculada al aumento de la actividad militar en la zona, se han sumado otras compañías que operaban la ruta Madrid–Caracas.

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