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Reportaje:

Una verja llena de agujeros

El Congreso de EE UU suaviza el proyecto a un mes de las elecciones legislativas

Yolanda Monge

Fue polémico antes de que existiera. Ahora parece que nunca llegará a construirse, al menos como fue publicitado. En una maniobra política propia de época electoral, les faltó tiempo a los legisladores estadounidenses para que, justo después de que el Congreso diera luz verde a la instalación de una valla de 1.126 kilómetros en la frontera de Estados Unidos con México, aprobasen una legislación aparte que garantiza que nunca sea una realidad, según informaron al diario The Washington Post expertos en inmigración y congresistas republicanos.

Reconocidos líderes republicanos se apuntaron primero el tanto del muro para contentar a su base conservadora e intentar proyectar una imagen de dureza contra la inmigración ilegal y una inquebrantable determinación para sellar la frontera sur. Pero justo cuando el Congreso entró en receso para abrir la carrera de las legislativas del próximo día 7 de noviembre, tanto la Cámara como el Senado daban carta blanca a la Administración de Bush para que distribuyese el dinero concedido para el proyecto (1.200 millones de dólares, unos 952 millones de euros) de la forma que considerase oportuna, es decir, en una combinación de soluciones que no siempre implican el levantamiento de una valla física a lo largo de la frontera.

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Esos fondos se dedicarán a proyectos que frenen la inmigración ilegal, tales como inversión en tecnología (radares, cámaras...), carreteras y otra "infraestructura táctica" que ayude a poner en práctica la opción del Departamento de Seguridad Interior de construir una "valla virtual". La vía libre concedía al secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff, la facultad para usar alternativas cuando considere que "la valla no es efectiva o es impracticable" por motivos físicos.

Las maniobras legales orquestadas dejan en manos del Gobierno de George W. Bush la capacidad de autorizar dónde instalará la valla, cuándo y de qué longitud será. De momento, altos cargos del departamento de Chertoff ya han propuesto una verja de la mitad de longitud de la que autorizó construir el Congreso. "Una cosa es autorizar y otra muy distinta dedicar el dinero y luego hacerlo", declaraba en el Post el senador republicano por Tejas John Cornyn. Varios demócratas criticaron la aprobación de la construcción de la valla. "Podemos construir la valla más alta del mundo, pero no arreglará nuestro sistema de inmigración que ha fracasado", dijo Harry Reid, jefe de la oposición demócrata en el Senado, quien exigió una reforma migratoria más amplia que abra el camino a la regularización de los cerca de 12 millones de indocumentados ya radicados en Estados Unidos. El presidente del Partido Demócrata, Howard Dean, tachó la decisión de construir la verja de "error garrafal de política exterior", y pronosticó que los hispanos se volcarán a favor de los demócratas en las próximas elecciones para darles la mayoría en el Congreso y obtener una reforma a la altura de la realidad.

Lo que el Congreso dice que va a hacer y lo que en realidad paga por hacer es el resultado último de un íntimo baile entre legisladores y agencias gubernamentales, barriendo cada uno para casa y tocando los hilos que más les interesan en cada momento.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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