El hijo de papá
Jean Pierre Bemba, vicepresidente del Gobierno y guerrillero hasta hace cuatro años, tiene imagen de engreído y prepotente
En buena parte del país, Jean Pierre Bemba, de 44 años, vicepresidente del Gobierno y guerrillero hasta hace cuatro años, tiene imagen de engreído y prepotente. "Y de niño de papá", aclara un técnico de la ONU. Su padre fue ministro de Economía con el dictador Mobutu Sese Seko y disponía de un canal de televisión. Bemba cuenta con dos canales y con una fortuna heredada del padre.
Durante toda la campaña electoral ha intentado dar una imagen alejada de la violencia. Pero el día en que iba a pronunciar su último mitin salieron ardiendo las casas donde se alojaban sus guardaespaldas. Dos niños murieron y sus seguidores se enfrentaron a la policía. Dos agentes murieron. Los seguidores de Bemba alegaron que eran unos incontrolados sin nada que ver con el candidato. Y él hizo todo lo posible para desvincularse del suceso y dar una imagen de hombre pacífico.
Tiene prestigio como militar y hombre cercano al pueblo, que habla ningala, lengua muy extendida en el país. Pero al mismo tiempo, ésa es su gran lacra: en las zonas más castigadas por la guerra que sufrió el país entre 1998 y 2003, Bemba es un criminal de guerra perseguido por la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya. La comunidad internacional no le mira con buenos ojos.
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