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Rusia condecora a supervivientes que intentaron paliar la catástrofe

Pilar Bonet

Rusia y Bielorrusia, que junto con Ucrania son los países más afectados por la catástrofe de Chernóbil, celebraron ayer el 20 aniversario del accidente con distintos actos. En Moscú, políticos, ciudadanos de a pie y supervivientes depositaron coronas de flores en el cementerio de Mítinskoye, donde reposan los restos de las primeras 29 víctimas, que fueron alcanzados de lleno por la radiación inmediatamente después de la avería y que murieron prácticamente desintegrados a los pocos días, tras ser trasladados a Moscú, donde no se pudo hacer nada por ellos.

Los cadáveres están encerrados en ataúdes de plomo y reposan bajo losas de hormigón. La víspera, el presidente ruso, Vladímir Putin, impuso condecoraciones a varias decenas de liquidadores supervivientes (los que hicieron algo para paliar las consecuencias del desastre).

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En la Plaza Roja de Moscú fueron detenidos ayer 13 participantes en una manifestación organizada por Greenpeace y que según las autoridades no estaba autorizada. También fueron retenidos brevemente en una comisaría los periodistas que cubrían el acto. Los manifestantes se habían exhibido frente al Kremlin vestidos con prendas amarillas en las que podía leerse: "No a Chernóbil" y se habían encadenado a las rejas junto a la catedral de San Basilio. Con esta acción, Greenpeace quería denunciar los planes para construir nuevas centrales nucleares en Rusia.

En Minsk, la capital de Bielorrusia, la policía limitó el acceso a la plaza de Octubre, temerosa al parecer de que pudieran repetirse los incidentes semejantes a los que tuvieron lugar después de las elecciones presidenciales del pasado marzo. Las autoridades permitieron la celebración de una marcha dedicada a Chernóbil por otro itinerario de la ciudad, a la que había convocado el líder de la oposición Alexandr Milinkevich. Éste fue advertido por la policía de que no debía apartarse de la ruta.

Zonas contaminadas

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En una visita por las zonas contaminadas, el presidente bielorruso Alexandr Lukashenko no excluyó ayer que su país se plantee la construcción de una central nuclear en la república. "Más tarde o más temprano llegaremos a la fabricación de nuestra energía nuclear, y (...) esto supone la seguridad de nuestro Estado", dijo Lukashenko en la localidad de Braguin. "Si tuviéramos una central nuclear, en el mundo nos tratarían de otra forma", dijo Lukashenko. El presidente aseguró que, si la sociedad le apoya, construirá una central de acuerdo con las tecnologías más modernas, para lo cual se necesita una enorme suma. "Mejor sería que tuviéramos una central nuclear, que tener ésta al lado", dijo refiriéndose al reactor siniestrado, que está a una quincena de kilómetros de la frontera con Bielorrusia.

En víspera del aniversario, en Gómel, la capital de una provincia afectada, se prohibió tanto un mitin como un seminario dedicado a Chernóbil. Uno de los organizadores fue sancionado con un arresto de 15 días, según informan fuentes de la oposición.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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