Basilea exhibe las claves del islam urbano
¿Cómo se vive la espiritualidad musulmana en Dakar, o la separación entre Iglesia y Estado en Estambul? ¿En qué consiste la vida musulmana en Marraquech, o de qué manera se preserva la tradición islámica en Paramaribo? ¿A qué contradicciones y conflictos se enfrentan los hombres y mujeres de fe musulmana en Zúrich, Basilea o Ginebra? Éstas son algunas de las preguntas a las que intenta responder la exposición Islam urbano: entre el Corán y el teléfono móvil.
Inaugurada ayer en el Museo de las Culturas de Basilea, en colaboración con el Museo de los Trópicos de Amsterdam, esta exposición intenta lanzar una mirada a las diferentes formas de entender y vivir el islam en diversos países del mundo: de Senegal a Turquía, pasando por Suiza, Surinam o Marruecos. Su objetivo central es "evitar que las personas y sus formas de vida queden reducidas a simples lugares comunes". La exposición intenta dar respuesta a uno de los temas más controvertidos y polémicos en la Europa de hoy: "¿Cuál es el lugar del islam en la vida pública?", en palabras del comisario de la muestra, el suizo Bernhard Gardi.
La exposición, abierta hasta el 2 de julio, analiza cómo es vivido hoy el islam por jóvenes que viven en diferentes continentes. El visitante acompaña así a estos hombres y mujeres en su contexto urbano contemporáneo por medio de instalaciones multimedia, collages, videoclips y documentos audiovisuales presentados en inglés, francés y alemán.
Según Gardi, "el objetivo es dar un rostro humano a estas historias para demostrar que las vidas de los individuos están por encima de las grandes ideologías". Gardi, experto en culturas africanas, concluye: "No hay un islam; no hay una conclusión única, sino respuestas individuales a una pregunta compleja", aunque destaca que "en Europa vamos a seguir hablando de este tema dentro de 25 años dado que, a largo plazo, será difícil asimilar o tolerar ciertas prácticas y hábitos asociados al islam".