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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Said, contra el mal periodismo

La necesidad urgente de combatir una visión monolítica del islam y de los estereotipos que preconizan en Occidente una visión hostil hacia más de mil millones de ciudadanos, que poco o nada tienen en común aparte de la religión, llevó a Edward Said a escribir Cubriendo el islam. Hoy, casi un cuarto de siglo después, prácticamente las mismas razones se encuentran detrás de la decisión del secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, no sólo de escribir el prólogo sino de traducir él mismo una obra que pretende poner fin al desvarío con el que los medios de comunicación tratan una cuestión de suma relevancia para la convivencia pacífica entre distintas civilizaciones.

CUBRIENDO EL ISLAM

Edward W. Said

Traducción de

Bernardino León Gross

Debate. Barcelona, 2005

298 páginas. 17 euros

Said arremete contra los que se llaman expertos y no han sido capaces de evolucionar desde el pensamiento simplista del siglo XVIII, que dividió el mundo entre Oriente y Occidente e incluyó al islam en el marco de un orientalismo que, por no someterse a los designios de Occidente, tuvo siempre tintes amenazantes. Junto a esta aproximación convencional que ve en el islam un peligro para el cristianismo y para los valores liberales, Said denuncia a los medios que con su visión sesgada de la realidad se dedican a promover el odio racial.

Mariam Said, viuda del intelectual que reivindicó hasta su muerte (2003) el papel de la crítica, asegura, durante una visita a Madrid para promocionar el libro, que la publicación de este texto en España es como "un homenaje a la admirable reacción" de los españoles tras el 11-M. Sostiene que, ahora que "en Estados Unidos se ha perdido la objetividad", es importante fomentar otros enfoques de la realidad, que faciliten el entendimiento y rompan la idea de que el mundo islámico es un nido de fanáticos y terroristas.

En ese sentido, León destaca

en su prólogo que la singularidad de la historia española debería de conducir a este país a tener "una voz y un criterio permanentes de comprensión y entendimiento" hacia nuestros vecinos árabes y demás millones de ciudadanos que profesan la fe de Mahoma.

El texto de Said es un llamamiento a la objetividad y el rigor de los medios de comunicación y a la necesidad de que los periodistas se especialicen y sean capaces de hacer frente a la corriente dominante con su formación y su confrontación con la realidad y los hechos.

Said, palestino residente en Estados Unidos y comprometido con la causa de los suyos, rebate en este libro la prepotencia con la que "Israel y Estados Unidos proclaman que son democracias liberales pero actúan contra pueblos en inferioridad de condiciones" y la influencia que esa prepotencia tiene en los medios a la hora de describir a los árabes como "terroristas".

Cubriendo el islam fue escrito en plena crisis de los rehenes (que se extendió durante más de un año, entre diciembre de 1979 y enero de 1981), cuando jóvenes radicales iraníes tomaron la Embajada de Estados Unidos en Teherán en protesta por la acogida del sha en ese país. En 1996 fue reeditado y Said le añadió una larga introducción en la que aseguraba que en ese periodo se hizo "más exagerada" la beligerante hostilidad y los estereotipos descritos en su texto.

Edward Said, premio Príncipe de Asturias a la Concordia junto con su "querido amigo" judío, el célebre director de orquesta Daniel Barenboim, no tuvo tiempo de escribir una introducción a la edición en español -lo hace su hijo Wadie Said-, pero, sin duda, habría constatado que toda situación, por negativa que fuese, era susceptible de empeorar.

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