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Medio Ambiente prevé que el humo del incendio de Luton llegue a España "muy diluido"

El viento arrastra la nube negra causada por la explosión hacia la costa cantábrica

La enorme nube negra causada por el incendio de los depósitos de combustible de Buncefield (cerca de los aeropuertos de Luton y Heathrow, al norte de Londres) está siendo empujada por el viento hacia el suroeste, según las imágenes captadas por la Agencia Espacial Europea (ESA). Sin embargo, si alcanzara las costas cantábricas españolas, llegaría "muy diluida" y no representaría "ningún peligro", según el Ministerio de Medio Ambiente.

"No se trata de una nube tóxica" propiamente dicha, ya que no contiene sustancias consideradas venenosas a concentraciones normales. La nube está formada por restos como los que arrojan los motores de los vehículos [CO2, vapor de agua y compuestos hidrocarbonados con azufre, plomo y nitrógeno]", dijo ayer el secretario general para la Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático, Arturo Gonzalo Aizpiri.

La explosión se produjo el pasado domingo alrededor de las 7.00 en los gigantescos depósitos de fuel para aviones de Buncefield. La reacción en cadena afectó a 21 de los 27 tanques, causando 400 heridos. Cada uno de los depósitos contenía 13 millones de litros de fuel. Su combustión causó el mayor incendio registrado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. El humo, que ascendió hasta los 2.750 metros, cubrió el cielo de Londres, que tiene una región urbana equivalente a la de la isla de Gran Canaria. Los bomberos no lograron dominar el fuego hasta ayer.

Si se mantienen las condiciones meteorológicas (actualmente un anticiclón empuja el aire desde Inglaterra hasta la costa norte española pasando por encima de la Bretaña francesa), las comunidades a las que podría llegar el humo serían Asturias y Galicia, aunque algunos flecos podrían alcanzar las regiones más al este, como Cantabria o el País Vasco. En este último caso sólo los análisis de la composición de la atmósfera revelarían la contaminación, ya que no se podría distinguir la parte del humo del resto de las nubes.

Ello no supondría un peligro, insistió Gonzalo. "Los vientos generan una intensa disolución, de modo que la concentración quedaría muy por debajo de los niveles preocupantes para la población", dijo a Efe.

Durante el trayecto de casi 1.000 kilómetros desde el norte de Londres a la costa cantábrica la nube de humo se diluirá. "Llegará en los próximos días, pero con tan bajas concentraciones que no tendrá las características de una nube", afirmó el secretario de Prevención de la Contaminación.

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