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REFERÉNDUM EUROPEO | El debate en Bruselas

Barroso interpreta la moción de censura como un ataque a Europa en vísperas de la votación

El Partido Popular Europeo expulsa a un eurodiputado británico que firmó la iniciativa

Carlos Yárnoz

A cuatro días del referéndum francés sobre la Constitución europea, los euroescépticos lograron ayer su objetivo de provocar una accidentada sesión en el Europarlamento para debatir la moción de censura que presentaron contra el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, a cuenta de unas vacaciones en el yate de un magnate griego. Barroso recibió el apoyo de los grandes grupos y dijo que la "injustificada, absurda e indigna" moción era un ataque contra él y "contra Europa". El Partido Popular Europeo (PPE) expulsó de sus filas al británico Roger Helmer, firmante de la iniciativa.

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La sesión la inició el euroescéptico británico Nigel Farage, promotor de la moción junto con otros 73 eurodiputados (la Cámara tiene un total de 732). Recordó que Barroso pasó varios días en agosto en el yate del banquero y armador Spiro Latsis y que, un mes después, la Comisión dio el visto bueno para que un astillero del Grupo Latsis recibiera una ayuda de 10 millones de euros. "No esconda más la cabeza en la arena", espetó a Barroso, a quien exigió "transparencia" para aclarar si existen o no conflictos de intereses en el Ejecutivo comunitario.

Arropado en el pleno por todos sus comisarios, Barroso contó una vez más que la semana que pasó con su familia en el yate de Latsis, a quien conoció hace 20 años como estudiante en Ginebra, respondió a "una invitación de un amigo personal". Negó cualquier interés comercial e insistió en que la autorización de la Comisión Europea para la ayuda a Latsis se tomó el 23 de septiembre de 2004, cuando él aún no había tomado posesión del cargo (en esas fechas estaba al frente Romano Prodi).

"Línea populista"

Para Barroso, con esta "oscurantista" moción de censura "se ha cruzado el umbral que separa la democracia de la demagogia". "Esta moción no sólo significa un ataque contra mi persona, una cuestión personal, sino una utilización ilegítima de las instituciones, porque estos ataques se inscriben en una línea populista que suponen también un ataque contra la Europa que defendemos".

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La primera víctima de esta moción, que se votará en la Eurocámara dentro de dos semanas, no fue Barroso ni Farage, sino el eurodiputado británico Roger Helmer, encuadrado en el Grupo del Partido Popular Europeo (PPE), el mayor en la Cámara con 268 escaños a cuya familia política pertenece el político portugués. Helmer dijo que había sido "presionado" para retirar su firma de la moción. El líder del PPE, el alemán Hans-Gert Poettering, afirmó que había tenido con Helmer "más paciencia que con nadie" y lo dio por despedido del grupo. Sobre otros cinco británicos del PPE firmantes penden también amenazas de represalias.

Poettering calificó la moción de "exagerada, desorbitada, desproporcionada" y hasta "indigna de un ser humano normal". "Es una caza personal", añadió, para insistir, como Barroso, en que esconde un ataque a las instituciones. El líder de los socialistas, el también alemán Martin Shulz, rechazó la moción, pero aprovechó la ocasión para lanzar algún rejonazo a Barroso. "¿Estuvieron juntos en las juventudes maoístas?", espetó al presidente al recordarle su pasado político juvenil y su amistad con el magnate griego.

Para Shulz, en todo caso, el único objetivo de los euroescépticos era montar ayer "un barullo de cara a la galería" a través de "la calumnia y la vituperación". "Todo esto resulta ridículo", añadió después el líder de los liberales, el británico Graham Watson. "Ustedes", agregó, "son de la misma ralea y buscan desacreditar al presidente de la Comisión y a la Comisión entera" para "obstaculizar el camino" ante los referendos francés y holandés. "Europa debe ser una constructora, no un batallón de demolición".

Lista de regalos

Para la verde Monica Frassoni, esta "inoportuna" moción "no ayuda a la justa causa de la transparencia, y sí da alas a gente que, como Farage, piensa que la UE debe desaparecer". No obstante, ocho eurodiputados de su grupo (42 escaños) suscriben la iniciativa. Como lo ha hecho el euroescéptico danés Jens Peter Bonde, junto con otros 34 miembros de su grupo, Independencia y Democracia (37 escaños). Bonde exigió "una lista completa" de los regalos e invitaciones recibidas por los 25 integrantes de la Comisión. "Estamos", gritó, "ante una oportunidad de cortar por lo sano". El austriaco Hans Peter Martin, en el grupo de No Inscritos (10 firmantes de 29), también exigió "transparencia" para acabar con "la rumorología, el despotismo y los enchufes". "Despierte ya, señor Barroso", espetó al presidente de la Comisión.

Antes de ser despedido con una ovación por una mayoría de eurodiputados, Barroso agradeció que la Cámara hubiera distinguido "entre demagogia y democracia", para cerrar su intervención con un mensaje: "No acepto una sospecha general sobre la Comisión".

José Manuel Durão Barroso, ayer en el Parlamento Europeo.
José Manuel Durão Barroso, ayer en el Parlamento Europeo.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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