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Las nucleares redujeron su inversión en seguridad con la liberalización de 1997

Los ecologistas vinculan el recorte, un 62% en cinco años, con sucesos como el de Vandellòs

Las centrales nucleares españolas invirtieron en 2001 un 62,5% menos que en 1996, según la industria nuclear. El descenso coincide con un cambio legal que obligó a las centrales a pagar las reparaciones e inversiones. Hasta entonces, el Gobierno les devolvía lo que invertían en seguridad. Los ecologistas denuncian que el descenso en la inversión ha supuesto un aumento del riesgo de las centrales y ponen como ejemplo la corrosión durante años de una tubería de Vandellòs. El Consejo de Seguridad Nuclear afirma que el descenso de inversión no ha supuesto más inseguridad.

Hasta finales de 1997, los consumidores pagaban la reparación de las centrales nucleares. Una central cambiaba una tubería, lo comunicaba al Ministerio de Industria y éste le daba el coste de la reparación con dinero de la factura de la luz. En este capítulo entraban las adaptaciones de seguridad exigidas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

El entonces presidente del CSN, Juan Manuel Kindelán, declaró en 1998 ante el Congreso, tras la aprobación de la Ley del Sector Eléctrico: "El gran reto que tenemos por delante es mantener y aún incrementar los altos niveles de seguridad ya alcanzados, en un marco en el que la competitividad obliga a reducir costes". Y señaló que "la aparente contradicción de aumento de la seguridad y bajada de los costes" sólo la podía resolver la tecnología. Kindelán afirmó que sería irresponsable negar que la ley obligaba a intensificar las inspecciones.

La bajada de costes pronosticada se dio en el sector de forma casi continuada entre 1996 y 2001, según los datos que presentó en una conferencia en marzo el Foro Nuclear, que no dio datos más actualizados. En 1996, las siete centrales españolas invirtieron 341,682 millones de euros. En 2001, 128,190 millones. La única central que aumentó su inversión en ese periodo fue Cofrentes, en Valencia. Vandellòs II (Tarragona) pasó de 26 millones en 1996 a 15,58 millones en 2001, un 41% menos. En 1999, cuando cambió la turbina, invirtió 69,52 millones.

Costes de operación

Los costes de operación y mantenimiento se redujeron un 20% entre 1995 y 2001. Como el combustible nuclear también ha bajado de precio, el resultado es que el kilowatio.hora nuclear ha pasado de 1,455 céntimos de euros en 1995 a 1,033 en 2001, siempre según los datos de la industria nuclear.

El Consejo de Seguridad Nuclear afirma que la reducción de inversiones no ha supuesto un aumento de los sucesos. "No miramos los gastos de las centrales, pero sí que cumplan los requisitos que les exigimos y que actualicen sus sistemas de seguridad. Y eso se cumple escrupulosamente. No hemos notado un aumento de los sucesos ni de la inseguridad", afirmó ayer un portavoz del CSN.

Los ecologistas discrepan.Aseguran que esta reducción de costes ha supuesto un aumento del riesgo. El responsable de la campaña nuclear de la organización ecologista Greenpeace, Carlos Bravo, afirma: "Antes las eléctricas cambiaban lo que tenían que cambiar sin mirar el precio porque lo pagaba el consumidor, algo que tampoco era justo". Bravo añade que con la reforma legal, las centrales estiraron la vida de sus componentes, prescindieron de personal especializado y redujeron el dinero destinado a subcontratas para recargas e inspección, "algo que ha continuado desde 2001". "Tenemos un parque de reactores envejecido, con unas centrales que cada vez invierten menos, y la pérdida de inversión redunda en la seguridad".

Los ecologistas afirman que este recorte de inversiones está detrás de incidentes como el de la central de Vandellós II, que en agosto de 2004 sufrió la rotura de una tubería de un sistema de refrigeración. Aunque el incidente no comportó ningún riesgo para la seguridad (el sistema utiliza agua de mar que no se mezcla con ningún elemento radiactivo), el CSN lo ha calificado como el suceso más grave desde 1992. Además ha abierto expediente a la central, propiedad de Endesa e Iberdrola.

El CSN ha emitido un informe muy duro sobre el suceso en el que detalla que el primer informe de la central sobre la corrosión era de 1993. También señala que la central cambió la contrata de la inspección en 2002 y que desde ese momento la nueva empresa reflejaba con menor detalle la corrosión.

Un portavoz de Vandellòs II negó ayer el vínculo entre la inversión y el suceso: "Nos gastamos al año 8,7 millones en inspecciones y 53.000 euros en el sistema de refrigeración averiado. Sería absurdo decir que hemos recortado de ahí, porque no es una partida importante". Este portavoz admitió: "Hemos cometido un error al subestimar la corrosión en un punto de un sistema de refrigeración, pero en cuanto lo hemos descubierto hemos comunicado toda la información al CSN".

La central se encuentra actualmente en parada de recarga y no arrancará hasta que cumpla con los requisitos que le ha impuesto el CSN. Entre ellos está la realización de una prueba hidrostática (llenar la tubería de agua a alta presión para ver si aguanta). El CSN eximió a la central de esta prueba en 1999. Según la presidenta del consejo, María Teresa Estevan Bolea, la prueba habría detectado el problema.

La central nuclear Vandellòs II, situada en Tarragona.
La central nuclear Vandellòs II, situada en Tarragona.JOSEP LLUIS SELLART

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