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LA CRISIS DEL CARMEL

Vecinos y tenderos desalojados piden a Maragall que la Generalitat pague las hipotecas y los recibos

El Carmel recibirá ayudas de los gobiernos central y autónomo, y de la Unión Europea

El presidente del Gobierno catalán, Pasqual Maragall, dedicó ayer la jornada íntegramente a la crisis del Carmel. Por la tarde se reunió con el presidente de la Asociación de Vecinos, Fernando González, y con el de la Asociación de Comerciantes de Carmel Centre, Josep Maria Mas. Ambos le hicieron llegar su preocupación por los pagos domiciliados: hipotecas, recibos de agua, luz y gas que las compañías facturarán sin reparar en la situación. Maragall se comprometió a frenar los cobros o, en su defecto, a buscar un sistema que no sea gravoso para los afectados.

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"Queremos un final feliz, dentro de la infelicidad", resumió a modo de paradoja Fernando González, representante de los vecinos y afectado él mismo. Explicó que tiene dos preocupaciones: las económicas, solventables, y las anímicas, más difíciles de resolver. "La gente se deprime y lo primero que hace es dejar de comer", apuntó, dando a entender que conocía casos muy cercanos. "Hay que procurar que los bancos no descuenten los recibos de la luz, agua y gas que no se consumen a los pensionistas y a cualquier otra persona", dijo González.

El presidente de la asociación de vecinos pretendía también que se difundiera un mensaje de futuro. Lo consiguió con el anuncio de Maragall de que al Carmel llegarán ayudas económicas de todas las administraciones. "Maragall nos ha dicho que ha hablado con Joaquín Almunia y con la vicepresidenta [María Teresa] Fernández de la Vega y que los dos le han dado garantías".

Plan de rehabilitación

Además, el Gobierno catalán se compromete a aprobar en breve un plan para la reforma integral del Carmel. Más tarde, el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, precisó que se utilizará la capacidad de leyes existentes (la de barrios, por ejemplo) para agilizar las ayudas prometidas a los vecinos. Bien entendido que se trata de dos operaciones: la de urgencia, en la "zona cero" y la que afectará a todo el barrio, esta última al margen del problema causado por el hundimiento del túnel. Se trata de aprovechar la ocasión, no "de extender la alarma", precisó.

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Lo peor, dijo, es la sensación de desconfianza causada por la entrega de certificados que afirmaban que el subsuelo no se movería más, apenas horas antes de que se produjera el segundo hundimiento. "Los vecinos tienen dudas", dijo Fernando González. "Cuando se les daba el certificado, preguntaban cuál era su valor y los técnicos decían que si no era verdad irían a la cárcel. Y se ha demostrado que no era verdad, porque el suelo se volvió a hundir".

A juicio de González hay un silencio incomprensible: el de las empresas constructora (Fomento de Construcciones y Contratas, Copisa y Comsa), cuyos técnicos certificaban la estabilidad del subsuelo. "Si no era verdad, tenían que haberse negado a firmar". El resultado es que los vecinos han pedido a la Universidad Politécnica que nombre un comisionado independiente, que será José María Matas. A la asamblea del viernes invitaron al Colegio de Geólogos, que declinó asistir, "para defenderse de las críticas y de la desconfianza del barrio", dijo el representante vecinal. Una desconfianza que también alcanza a la Administración pública, ya que apoyaba los certificados.

Un problema diferente es el de los comerciantes. Josep Maria Mas explicó que, en este caso, hay que contar además la pérdida de los productos almacenados, el pago de materiales comprados y los ingresos que han dejado de tener. Todo ello en comercios modestos, de estructura familiar. "Hemos comentado a Maragall y a Joan Clos que no habría que pagar impuestos por negocios que están parados". El total de comercios afectados ronda el centenar. El lunes se reunirán en asamblea con sus propios abogados, porque los que ha puesto la Administración "asesoran pero no hacen ningún trámite", dijo Mas. Algunos comerciantes, aseguró, han anunciado ya su voluntad de dejar el negocio porque habrán perdido la clientela.

Posteriormente, Nadal aseguró que ya han empezado las obras de perforación para proceder, el lunes, a la primera inyección de cemento en la zona del hundimiento.

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