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El Ayuntamiento de Igualada celebra el primer bautizo civil en Cataluña

El Ayuntamiento de Igualada fue ayer el escenario del primer recibimiento civil (bautizo civil) de Cataluña. Tanto la madre del niño, Carmella Planell, como el alcalde de Igualada, Jordi Aymamí, destacaron la fuerte carga simbólica de la ceremonia, que sirvió para inculcar oficialmente los valores de la libertad, la igualdad y el respeto al niño, Marcel Planell.

El bautismo civil, primera ceremonia laica de este tipo oficiada en Cataluña, se celebró en medio de gran expectación mediática. La madre del niño agradeció al Consistorio la oportunidad que brindaba a su hijo de ser acogido como ciudadano, y el alcalde Aymamí leyó fragmentos de la Carta de los Derechos de los Niños de la ONU y el capítulo de la Constitución referido a la educación. La madre del menor quiso promover esta ceremonia en Barcelona -ciudad en la que residía antes-, pero se encontró con que "el Ayuntamiento no quiso entrar en polémica con la Iglesia", dijo ayer.

Los bautismos civiles, una tradición republicana francesa, se llevaron a cabo por primera vez en Estrasburgo (Francia) el 13 de julio de 1790. Habían proliferado durante los inicios de la Revolución Francesa, pero no se instituyeron por decreto hasta el 26 de junio de 1792, como símbolo de la separación entre la Iglesia y el Estado. En la actualidad son muchas las ciudades que ofician este tipo de acogida bajo distintos nombres; en Liverpool, por ejemplo, se denominan naming ceremonies (ceremonias para dar nombre).

Los intentos de establecer ceremonias de acogida civil en Barcelona despertaron el rechazo de la Iglesia católica, que veía en estos actos una provocación y la usurpación de un derecho exclusivo.

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