Milosevic niega en su alegato los crímenes serbios en Bosnia
Slobodan Milosevic se defendió ayer como paciente y como ciudadano serbio ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). En el primer apartado negó haber intentado retrasar el proceso en su contra por genocidio y crímenes de guerra y contra la humanidad a base de reducir las dosis de los medicamentos prescritos contra la tensión arterial. En el segundo extremo, no menos personal, se amparó en el honor de sus compatriotas para descartar que "hombres intachables" como el ex líder serbobosnio Radovan Karadzic y su general, Ratko Mladic, hubieran podido perpetrar la matanza de musulmanes en Srebrenica. Concluida su introducción como abogado de su caso, Milosevic aguarda ahora la decisión de los jueces de nombrarle un ayudante, posibilidad que rechaza.
En lo que podría denominarse presentación de las conclusiones provisionales de su defensa, el ex presidente serbio dejó a un lado la historia para centrarse en la "política de paz" del Gobierno que presidió y en la "insolencia" que suponía dudar de la honorabilidad de los serbios. "La fiscalía habla de crímenes que nunca cometimos y de intenciones que nunca tuvimos. El honor de Mladic y Karadzic les habría impedido cometer actos como el de Srebrenica. A la acusación le faltan pruebas y presenta de forma injusta lo ocurrido", dijo. Como en su opinión no existen datos fiables de que los militares serbios procesados por el TPIY supieran con anterioridad que iban a cometerse crímenes de guerra, "los inocentes deben ser liberados", dijo. Todos ellos compartían el ideal de una "Yugoslavia plural, pacífica y respetuosa con sus nacionalidades y religiones amparada por el Gobierno de Belgrado".
Debate legal
En su retrato de los Balcanes anteriores a las guerras que los asolaron entre 1991 y 1999, los serbios no estaban preparados para pelear. Tampoco planearon crear una gran Serbia, sino que fueron obligados a repeler un ataque. "Los bosnios y los croatas empezaron la guerra y las autoridades serbias acudieron en ayuda de sus conciudadanos. Claro que les apoyamos. Dejarles desamparados hubiera sido una canallada", afirmó. Concluida su intervención, Milosevic asistirá hoy a un debate legal que dice no incumbirle. El TPIY tiene que decidir si le nombra un abogado, o un ayudante, para aligerar la carga de su defensa. Él no piensa colaborar, y si los jueces fuerzan la presencia de otro letrado contra su voluntad, sus asesores apuntan argumentos para apelar la validez del proceso mismo.
Mientras la sala que juzga a Milosevic estudiaba sus ayudas legales, otros jueces del TPIY sentenciaron a 32 años de cárcel al líder serbobosnio Radoslav Brdanin. La condena fue por crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Bosnia en 1992 y abarca el asesinato, tortura, persecución y deportación. El tribunal desestimó el cargo de genocidio al no considerar probado que Brdanin, de 56 años, "fuera consciente de que sus decisiones sirvieran para amparar asesinatos a gran escala".
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