La mitad de las adolescentes que quedan embarazadas en España opta por abortar

La mitad de las adolescentes embarazadas opta hoy por interrumpir la gestación, cuando en 1990 lo hacía el 21%. Entre las jóvenes de 20 a 24 años el incremento de abortos ha sido también elevado: se contaron 10.000 en 1990 y 19.555 en 2001, un crecimiento del 95%. En la década de los noventa el número de abortos practicados en España no dejó de crecer. En total se pasó de 37.231 interrupciones de embarazo en 1990 a 69.857 en 2001, un aumento del 87,6%. Y la cifra provisional en 2002 fue de 77.125 abortos, según recordó la demógrafa del CSIC Margarita Delgado.

España ocupaba en 1990, en la entonces Europa de los 15, "casi los puestos de cola" en el número de abortos, pero "mientras que los otros países han estabilizado sus cifras o incluso las han reducido, en España se han incrementado notablemente. El aumento entre las más jóvenes es espectacular", comentó ayer la demógrafa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Margarita Delgado, que presentó ayer un amplio y documentado trabajo sobre el aborto en España.

La explicación que da esta experta es que "el nivel de información" que llega a la población, y a los jóvenes en particular, "no es el adecuado". Puso como ejemplo a Holanda. "Allí no se hacen campañas esporádicas, sino que se proporciona regularmente una información sexual adecuada para cada edad y entre los adolescentes hay poco aborto".

Contra corriente

Sin embargo, "aquí vamos a contracorriente" de lo que ocurre en el resto de los países, salvo los del Este. El 49% de las chicas menores de 18 años que quedan embarazadas en España recurre al aborto. En ese grupo de edad las cifras se disparan en Cataluña hasta el 60%. Le siguen Aragón (58%), Madrid (55%) y Asturias (55%).

Pero el grupo que resulta quizá más "preocupante", según Delgado, es el de las mujeres entre 20 y 24 años. En él se ha producido "el aumento de mayor cuantía". ¿Qué es lo que pasa a esa edad? Delgado apunta también hacia una falta de información. Pero entiende que muchas veces se interrumpe la gestación porque las parejas no se ven preparadas para formar una familia.

Lo ideal siempre es prevenir. "Es cierto que un país debe garantizar el acceso al aborto y que éste se produzca en condiciones de seguridad, pero no puede usarse como un método de planificación familiar porque hay estudios que demuestran que los abortos suelen dejar secuelas físicas y también psíquicas", explicó Delgado. Esta demógrafa entiende que cuando se aborta es porque el embarazo no es deseado y ese ya es motivo suficiente para que no siga adelante, pero insiste, por ello, en las políticas de prevención.

Pautas diferentes

Baleares y Asturias están a la cabeza en número de interrupciones del embarazo. En ambas comunidades, cerca de un 20% de los embarazos acaban en aborto. Detrás se sitúan Cataluña, Madrid y Aragón, con un 17% cada una. Navarra, Extremadura, País Vasco y Castilla-La Mancha están en los últimos puestos. Cabe destacar en este punto el salto que ha experimentado Andalucía, que estaba en el último lugar en 1990 en número de abortos y ahora se sitúa en el número 11. Ha multiplicado por 6,13 el número de interrupciones de embarazos. O Murcia, que las ha multiplicado por 3,3. El dato reseñable en esta comunidad salta en la franja de las menores de edad, donde las interrupciones de embarazos se multiplicaron por 14 en una década.

Delgado dijo que no tiene datos suficientes para explicar por qué se dan comportamientos tan distintos en las diferentes comunidades autónomas. Y, "lamentablemente", agregó, tampoco hay datos sobre lo que sucede entre las mujeres inmigrantes. Sí se sabe que la causa aducida para abortar es en el 99% de los casos el peligro para la salud física o psíquica de la mujer. Muy pocas veces se producen tras una violación o por problemas del feto.