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RELEVO EN LA COMISIÓN EUROPEA | Acuerdo en Bruselas

Barroso apuesta por una Comisión fuerte

Los líderes europeos eligen por unanimidad al primer ministro portugués

Carlos Yárnoz

Los líderes de la UE designaron ayer en Bruselas por unanimidad al primer ministro portugués, José Manuel Durão Barroso, para presidir la próxima Comisión Europea en sustitución de Romano Prodi. Convertido en el candidato de compromiso para el eje París-Berlín y para Londres, Barroso se declaró de inmediato firme europeísta -"Yo creo en el proyecto europeo"- y en un Ejecutivo comunitario imparcial -"Necesitamos una Comisión fuerte"-. Los jefes de Estado y Gobierno también dejaron constancia escrita de que el español Javier Solana será nombrado ministro europeo de Exteriores en cuanto entre en vigor la Constitución de la UE. Ambos cargos dan a la península Ibérica un peso jamás conocido en las instituciones de la Unión.

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"Satisfecho y orgulloso", a la vez que "pragmático y ambicioso", como se definió, Barroso negó haber sido elegido como "el mínimo denominador común" tras los sucesivos vetos a los candidatos del eje franco-alemán o de Londres. Por el contrario, dijo sentirse "con más autoridad" gracias a ese unánime apoyo. Por eso, fue firme cuando insistió en que no ha dado garantías "a nadie" para el futuro reparto de carteras en el Ejecutivo comunitario y que ese reparto es de su exclusiva responsabilidad. Es "su derecho soberano", admitió el canciller alemán, Gerhard Schröder, quien también aludió al derecho alemán de expresar sus deseos.

En un guiño a quienes le critican su falta de europeísmo, apostó por la "plena imparcialidad" de la Comisión y dijo que "no hay contradicción entre la defensa de los intereses nacionales y el bien común europeo". El futuro presidente "tiene las condiciones para dirigir una Comisión independiente y fuerte", comentó el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, quien cerró con un nuevo éxito su semestre como presidente de la UE. "Es un excelente candidato", remachó el británico Tony Blair. "Una estupenda apuesta", señaló el luxemburgués Jean-Claude Juncker.

El francés Jacques Chirac fue más lejos, porque la UE ha emprendido ya el camino de la reconciliación al superar la grave crisis por Irak, aprobar la Constitución (será firmada en Roma en noviembre, un hecho que Silvio Berlusconi agradeció ayer a José Luis Rodríguez Zapatero) y designar al presidente de la Comisión. "Europa está ahora en marcha", dijo, tras calificar a Barroso de "competente y dialogante". Por el contrario, Schröder lamentó que "Reino Unido, Italia y otros" vetaran al "prointegracionista" belga Guy Verhohstadt, aunque añadió que Barroso "demostrará ser un europeo convencido y dinámico".

Peso de la península Ibérica

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"Es una buena noticia para España", señaló el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero. La llegada de Barroso a la Comisión y la nueva situación de Solana otorga un enorme peso a la península Ibérica en las instituciones europeas. A ello se suma el hecho de que el socialista español José Borrell tiene grandes posibilidades de convertirse en presidente del Parlamento Europeo durante la primera mitad de la legislatura.

Esta coincidencia se produce cuando en el año próximo la UE debe cerrar un acuerdo sobre las perspectivas financieras para el periodo 2007-2013, que incluyen el reparto de los fondos europeos, un asunto que ya enfrenta a los países receptores de fondos, como España y Portugal, con los contribuyentes netos, como Alemania y Holanda, que quieren rebajar la propuesta que ya ha hecho la Comisión y que Barroso calificó ayer de "buena base de trabajo".

Antes de convertirse en el undécimo presidente de la Comisión, Barroso debe superar el 22 de julio una votación en el Parlamento Europeo. El alemán Hans-Gert Poettering, el líder del Partido Popular Europeo (PPE) en la Eurocámara, insistió en que Barroso, que pertenece a esa familia política, cuenta con sus votos. Es el único grupo que ha expresado tal apoyo, aunque se trata del más numeroso (278 escaños sobre 732). Los siguientes cuatro grupos han expresado sus reservas y críticas.

Los socialistas (199 escaños) han dicho que tienen "serias dudas". "Ha perdido las europeas en su país, tiene una línea anglófila a ultranza y los socialistas franceses y alemanes están muy críticos", advierte el español Enrique Barón, líder del grupo socialista en la Eurocámara. Los socialistas españoles no olvidan que Barroso, amigo de José María Aznar, fue el único líder europeo en censurar la decisión de Zapatero de retirar las tropas de Irak. El líder portugués fue preguntado ayer si se arrepiente de haber apoyado la guerra. "Irak dividió a Europa", respondió, "y ahora hay que centrarse en lo que nos une: la lucha contra el terrorismo; yo quiero unir, no desunir". El mensaje no pudo ser escuchado por los protagonistas: Schröder, Chirac, Blair y Zapatero no se quedaron a cenar.

El tercer grupo, el liberal (67 escaños), también tiene dudas. "Hay que oírle antes; tiene que demostrar una gran visión europea y eliminar el estigma de que él es el mínimo denominador común [entre los candidatos]", afirma el líder liberal, el británico Graham Watson, especialmente sensible porque el candidato del eje franco-alemán, el liberal belga Guy Verhofstadt, fue vetado por Londres. "Somos muy escépticos en la medida en que tiene una concepción de Europa muy ligada a los americanos", aseguran al unísono Daniel Cohn-Bendit y Monica Frassoni, dirigentes de Los Verdes (41 escaños). Los eurodiputados de Izquierda Unitaria Europea (39 escaños) anunciaron ayer su voto en contra.

En el hipotético caso, improbable, de que el Parlamento rechazara a Barroso, el Consejo Europeo tendría que proponer otro candidato en el plazo de un mes.

El candidato Barroso se mostraba ayer eufórico y confiado. Respondiendo en portugués, francés o inglés, hizo bromas con su pasado maoísta -"en la universidad sólo había el partido comunista prosoviético o el prochino", pero "ahora soy moderado"- o con su nombre -"pueden llamarme Barroso, eliminen Durão, o José Manuel, que ya se acostumbrarán"-. Todo parece indicar que así será.

Durão Barroso (izquierda) recibe la felicitación de Bertie Ahern y Romano Prodi, ayer en Bruselas.
Durão Barroso (izquierda) recibe la felicitación de Bertie Ahern y Romano Prodi, ayer en Bruselas.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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