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LA POSGUERRA DE IRAK | Los conflictos entre comunidades

El ministro iraquí de Exteriores acusa a Al Qaeda de la matanza en Erbil

El ataque contra los kurdos, un 20% de la población, presagia un aumento de la violencia

Ángeles Espinosa

"Ha sido un ataque de los terroristas de Al Qaeda y de sus aliados de Ansar al Islam", aseguró Hoshiar Zebari, ministro iraquí de Asuntos Exteriores y él mismo de origen kurdo, como un 20% de la población iraquí. Todas las acusaciones por el doble atentado de ayer en Erbil, capital del Kurdistán, se dirigían contra ese oscuro grupo radical islámico que se ha convertido en un comodín, sea para justificar los vínculos del régimen de Sadam Husein con la red terrorista Al Qaeda, sea para atribuirle los atentados contra los partidos kurdos que se producen desde el año 2001.

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Ansar al Islam (Partidarios del Islam) lucha desde septiembre de 2001 contra la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), cuyo Gobierno laico, que controla la parte oriental de la región semiautónoma kurda, siempre ha contestado a los ataques. El partido de Yalal Talabani, por su parte, les acusa de mantener vínculos con Al Qaeda. Estados Unidos asumió esa acusación en vísperas de la guerra contra Irak, y una vez iniciadas las operaciones militares atacó, con ayuda de los milicianos kurdos, las instalaciones guerrilleras de Ansar al este de Halabja, cerca de la frontera con Irán. Entonces, se dio por desmantelado el grupúsculo, cuyos integrantes se calculaban en apenas dos centenares.

Sin embargo, los responsables kurdos les han responsabilizado de los atentados que se han producido en su territorio desde la caída del régimen de Sadam Husein. El último, el 24 de diciembre, contra el Ministerio del Interior regional también en Erbil. Un mes antes, de un coche bomba, dirigido contra las oficinas de la UPK en Kirkuk que también alcanzó la vecina sede del Parti-do Democrático del Kurdistán (PDK), el grupo político que controla la parte occidental de esa región autónoma. Aunque como es habitual en estos casos, nadie se ha responsabilizado de la matanza de ayer, Sabah Sabir, portavoz de la UPK en Erbil, insistió en atribuirles el atentado. "Es cierto que el año pasado les desalojamos de su reducto, pero el grupo se ha renovado debido al incremento de la volatilidad de la situación en Irak", señaló. Hará falta más tiempo para saber con seguridad quién está detrás del ataque.

Sin embargo, tanto por sus características como por sus circunstancias, constituye un acontecimiento claramente desestabilizador, según coinciden en señalar varios analistas políticos. "Habrá que ver qué pasa ahora, pero no creo que una agresión de estas características se quede sin respuesta por parte de los kurdos", confiaba un diplomático europeo.

En efecto, este atentado en la capital del Kurdistán, sede de su Parlamento autónomo y ciudad en la que conviven los dos grandes partidos que se reparten el poder en esa región es mucho más que un incidente luctuoso. La matanza, en una de las festividades más señaladas del calendario musulmán, se presta a numerosas interpretaciones políticas cuando los iraquíes debaten el modelo de Estado al que aspiran. Mientras los kurdos no parecen dispuestos a renunciar a los logros alcanzados durante sus 12 años de autonomía de Bagdad, la mayoría árabe (sea de confesión chií o suní) no ve con buenos ojos sus pretensiones de federalismo. Otras minorías étnicas, como los turcomanos, que residen mayoritariamente en zonas de predominio kurdo, también temen la apisonadora kurda, y en algunos lugares, como en Kirkuk, se han aliado con los árabes para proteger sus derechos.

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"En realidad, los kurdos no están planteando ya un Estado federal, sino confederal", asegura un observador estadounidense que acaba de regresar de una misión informativa en esa región. "La insistencia de los chiíes en que se convoquen unas elecciones que ganarán por el simple peso de la mayoría les hace temer la imposición de un Estado islámico y centralizado que está muy lejos de sus aspiraciones", explica la fuente.

La realidad es que las tres provincias kurdas que quedaron fuera del control de Sadam Husein a raíz del levantamiento de 1991 (Dohuk, Erbil y Suleimaniya) han evolucionado social, política y económicamente a años luz del resto de Irak. Desde las televisiones parabólicas, el acceso a Internet y los móviles, que el resto de los iraquíes acaban de descubrir, hasta un sistema de participación que no por imperfecto ha dejado de ser efectivo. Pero, sobre todo, unas señas de identidad que, tras años de supresión, han sido subrayadas durante la etapa de virtual autonomía.

Varios kurdos, ayer ante la sede de la UPK atacada por los suicidas.
Varios kurdos, ayer ante la sede de la UPK atacada por los suicidas.REUTERS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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