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55ª FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE FRANCFORT

El lanzamiento de un libro sobre Mohamed Alí conmociona la inauguración de Francfort

Los editores y libreros confían en remontar las "tendencias negativas de los dos últimos años"

Martes por la mañana, horas antes de que se inaugure la inmensa Feria del Libro de Francfort (más de 170.000 metros cuadrados), todas las casetas están a medio montar y desoladoramente vacías. Sólo una, en el pabellón cuatro, aparece en todo su esplendor, a punto casi de ser inaugurada: la de Taschen. La editorial alemana ha dedicado todo su espacio a un solo libro, Greatest of all times (GOAT), sobre Mohamed Alí, el legendario Cassius Clay. Dividida en dos, en una parte de la caseta se han instalado enormes paneles con fotografías del boxeador y textos sobre su vida y hazañas, y en la otra se ha construido un cuadrilátero, donde el libro será lanzado mundialmente mañana.

La publicidad es impresionante. "Le conocemos como una leyenda, pero estos días es también algo más, un hombre místico y sagrado", firma Benedikt Taschen, fundador y presidente de la editorial. Grandes carteles decoran buena parte de los pasillos de la Feria.

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La maravilla que nadie ha visto aún es de gran formato, con 800 páginas que incluyen más de 3.000 fotografías y, aparte, artículos que recorren seis décadas de la vida de Alí. El libro revela, reza la propaganda, que el boxeador "no es una figura del pasado, sino que su influencia se extiende a todos los aspectos de la cultura popular de hoy, desde los deportes a la música". "Y si usted cree que su influencia es menor ahora que hace tres décadas, pregunte a gente como Bono, Madonna, David Beckham o las hermanas Williams".

Habrá una tirada especial de 10.000 ejemplares firmados por el ex boxeador. Y según Taschen, Alí estará mañana presente en el gran lanzamiento, acompañado, entre otros, por su esposa, Leonnie Alí, el que fuera su entrenador, Angelo Dundee, y un montón de amigos.

Más participantes

Es reconfortante empezar una crónica de la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Francfort hablando de eso, de libros. Porque lo que suele primar en todas las ediciones son los números y estos últimamente no son demasiado buenos. No faltaron ayer en la conferencia de prensa inaugural. En la 55ª edición, que se abrió por la tarde y que empieza a funcionar hoy, "hay un ligero incremento de los participantes", afirmó el director de la feria, Volker Neumann, aunque ha disminuido el número de países (de 111 en 2002 a 102 este año). Se exhibirán 336.253 títulos, de los que 74.147 serán nuevas ediciones. Los editores alemanes, que el año pasado pincharon, han vuelto con fuerza: 2.735 frente a los 2.140 de 2002.

En total, serán 6.611 los empresarios que participarán con caseta propia y 1.352 en stands colectivos, cifras notablemente mejores a las de 2002. "Esto nos hace confiar en el desarrollo de la industria editorial y vemos signos de recuperación mundial".

Más cauteloso fue el presidente de la Asociación de Editores y Libreros alemanes, Dieter Schormann. En Alemania se crece despacio pero con estabilidad, explicó. "Los economistas esperan un pequeño resurgimiento en 2004, pero los libreros se muestran muy cautos". Según una encuesta encargada por la asociación, el 21% de los libreros espera "un desarrollo de bueno a muy bueno en las ventas"; alrededor del 27% opina que todo irá a peor; y el 52% "asume un desarrollo discreto".

Schormann destacó que el mercado editorial alemán, como el de buena parte del mundo, refleja cambios que tienen que ver con el mundo mediático. Y se refirió al auge de autobiografías de celebridades. "El negocio del libro está hecho hoy con inteligencia y glamour". El mercado se ha convertido en un escaparate de cotilleos, pero también los diccionarios, la no ficción, las novelas, la poesía, las biografías o los cómics tienen su espacio, explicó.

Y hablando de cómics, la feria espera batir un récord: dibujar el cómic más largo del mundo. Empezará el viernes próximo el propio director de Francfort 2003, Volker Neumann. Y otro récord, también el viernes: el escritor brasileño Paulo Coelho firmará ejemplares de su libro más popular, El

alquimista, en 56 idiomas. De los más de 1.000 autores que desfilarán por Francfort, destaca Günter Grass, que leerá, el domingo por la noche, poemas de su libro Letzte tänze (Últimas danzas) y, como gran fin de fiesta, a continuación, habrá baile.

Un librero coloca el lunes sus fondos en una de las casetas de la Feria de Francfort.
Un librero coloca el lunes sus fondos en una de las casetas de la Feria de Francfort.ASSOCIATED PRESS

Rusia y Cuba, en el ojo del huracán

Anna Politkovskaya, autora del libro Una guerra sucia. Una reportera rusa en

Chechenia, publicado recientemente en España por RBA, no ha viajado a Francfort con la numerosa delegación rusa, país invitado de la feria. Al parecer, en unas recientes declaraciones, la periodista afirmó que el Gobierno de Putin había presionado a los organizadores de la feria para que no fuera invitada.

El responsable de prensa de Francfort 2003, Holguer Ehling, afirmó ayer en conferencia de prensa que "la feria no ha tenido contacto oficial ni de ningún tipo sobre este asunto, y que en ningún momento se le dijo que la citada periodista no fuera a Francfort".

Curiosamente, el pasado sábado, poco antes de que se iniciaran las elecciones en Chechenia, Politkovskaya recibió un importante premio, de nueva creación, en Berlín: el Ulises, galardón al mejor reportaje literario, creado por la sección alemana de la revista Letra Internacional. Le fue entregado por uno de los asesores del premio, el escritor y periodista polaco Ryszard Kapuscinski. Formaron parte del jurado, entre otros, el chileno Jorge Edwards, el portugués Pedro Rosa Mendes, el estadounidense Philip Gourevitch y el turco Nadim Gürsel. Otro de los asesores fue el premio Nobel alemán Günter Grass.

En los pasillos de la feria se comentó que el problema residía en que no había quien le pagara el viaje a Politkovskaya: ni los rusos, ni los alemanes, ni su editorial, Surkhamp, aunque nadie ignora que la periodista cuenta en su libro numerosas atrocidades cometidas por sus compatriotas en Chechenia. No se descarta, no obstante, que Politkovskaya aparezca en cualquier momento por la feria más importante del mundo.

Otros que no aparecerán por Francfort son los cubanos. Por lo visto, Alemania era el país invitado a la última Feria del Libro de La Habana pero después del encarcelamiento de los 75 intelectuales y periodistas, juzgados sumariamente y condenados a largas penas, se decidió que no fuera a Cuba ninguna delegación oficial alemana. Total, que los cubanos tampoco han querido estar en Francfort.

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