Fecundación contrarreloj
Las parejas infértiles aceleran sus tratamientos por temor a que la nueva Ley de Reproducción Asistida dificulte los embarazos
María tiene 38 años, un marido con espermatozoides perezosos, un tratamiento fallido de fecundación in vitro y un enfado monumental. Lo de los espermatozoides vagos no es culpa de nadie (o puede que del estrés y la vida moderna, quién sabe). El enfado es culpa del proyecto de reforma de la Ley de Reproducción Asistida que el viernes aprobó el Gobierno y que limita la fecundación in vitro para que no sobren embriones. María no es la única. Las parejas infértiles están preocupadas y muchas, como en su caso, planean adelantar sus tratamientos para evitar la reforma que se aprobará definitivamente en diciembre, según el Ministerio de Sanidad.
María (no se llama María pero no da su nombre porque ni su familia sabe que busca tener un niño) lleva 20 años con el que es su marido y 10 intentando tener un hijo. "Al principio sin mucho interés, después con más ahínco y hace dos años fuimos al médico", narra. En febrero se sometió a una fecundación in vitro que no resultó. En junio repitió con los embriones que le habían sobrado. Tampoco tuvo éxito. Pensaba tomarse un año de descanso para relajarse tras la decepción. Ha cambiado de idea: "Al ver la reforma he ido a la clínica para repetirlo antes de que cambie la ley y a ver si tengo suerte".
Los expertos coinciden en que en España hay demasiadas gestaciones múltiples
El fin de la reforma es evitar que sobren embriones. Para ello establece que sólo se podrán fecundar tres óvulos por tratamiento. Esto supone un cambio notable en la reproducción asistida. Actualmente se fecundan todos los óvulos que se le extraen a la mujer y se le implantan tres embriones. El resto se congela. Si el embarazo no prospera se usan los congelados. Con la reforma, si no prospera, la mujer tendrá que someterse a otra estimulación.
El caso de Ana, de 36 años, es similar al de María. Tiene a sus espaldas dos tratamientos fallidos y está en lista de espera para un tercero. Considera que tres óvulos por ciclo es un número ínfimo: "En mi primer tratamiento me extrajeron 10 óvulos, de los que fecundaron seis. Me implantaron tres y congelaron tres". Y sigue: "Ni con los primeros ni con los congelados conseguí un embarazo. Tenía seis embriones y no me quedé embarazada. Si limitan a tres el número de óvulos a fecundar no sé lo que voy a hacer".
Alberto Romeu, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad, asegura que lleva una semana abrumado por los pacientes: "No paran de llamar y presionan para empezar el tratamiento cuanto antes". Lo mismo ocurre en las asociaciones de parejas infértiles, alguna de las cuales planea recoger firmas contra la reforma. El catedrático de Filosofía del Derecho y miembro de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida Manuel Atienza afirma que Sanidad ha reformado la ley para evitar la presión de un grupo muy organizado, como los diabéticos, que recogieron 1.300.000 firmas en pro de la investigación con embriones. "A la reforma se oponen las parejas infértiles, pero son un grupo poco organizado que no va a salir a la calle", dice.
Los expertos coinciden con los pacientes en que la limitación a tres óvulos es excesiva. La Sociedad Española de Fertilidad, la de Ginecología y Obstetricia, la de Andrología y la de Biólogos para la Reproducción han emitido un comunicado en el que alertan de que, si no se flexibiliza la norma, se pondrá el riesgo la fecundación in vitro. Pedro Caballero, director de la clínica Tambre, lamenta que el Gobierno les obligue a prescindir de la congelación de embriones, que "aumenta el porcentaje de éxito, para evitar la acumulación de embriones".
Las mujeres señalan que someterse a varias estimulaciones con hormonas es muy desagradable. "Me pinchaba todos los días durante un mes, y al final cuando tenía los ovarios hinchados me quería morir. Tras la extracción, que se hace con anestesia, sentía un dolor como el de cuatro reglas juntas", relata María. Sanidad asegura que habrá excepciones en las que se podrán fecundar más de tres óvulos. Las determinará la Comisión Nacional de Reproducción Asistida en función de la edad, la causa de la infertilidad y las tipologías fisiopatológicas. "Si hubieran puesto un número más alto de óvulos me fiaría, pero con tres prefiero hacerlo ahora", advierte Marta.
La ministra de Sanidad alega que el objetivo de la limitación es evitar los embarazos múltiples, un riesgo para la madre y para los hijos. Los expertos coinciden en que en España había demasiados partos múltiples, como el de Laura, de 36 años, madre de gemelos tras implantarle cuatro embriones. Sus hijos están bien, pero se dan casos de retraso mental y problemas en el el embarazo y en los partos.
El nuevo texto obligará a implantar un máximo de tres embriones. "En España se estaban implantando demasiados. Un 30% de los partos eran múltiples. En nuestra clínica, con dos y, a veces, como máximo tres, sólo tenemos un 11% de partos múltiples. La única explicación es que hay clínicas con mucho éxito a base de implantar muchos embriones", dice Caballero.
Las ventajas del cambio
El proyecto de reforma de la Ley de Reproducción Asistida dice que no se podrán fecundar más de tres óvulos en cada ciclo. La redacción parece inequívoca. Pero no lo es para un especialista, que insemina varios óvulos sin saber cuántos van a resultar fecundados. Ellos aplauden la redacción porque interpretan que supone una relajación de los criterios.
Hay dos sistemas de fecundación. Uno consiste en seleccionar un único espermatozoide e introducirlo en un óvulo. Otro es poner en contacto varios óvulos con un concentrado de espermatozoides (sistema in vitro tradicional). Entre un 60% y un 70% se fecundan. Aunque a veces se fecundan todos y a veces ninguno.
Montse Boada, bióloga del Instituto USP Dexeus de Barcelona y miembro de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, señala que la redacción es confusa: "Puedo intentar fecundar tres óvulos, pero para eso tendré que poner más óvulos en el medio. ¿Qué pasa si pongo siete y se fecundan todos?".
La directora de alta inspección del Ministerio de Sanidad, Ana Sánchez, explica que "habrá que tener en cuenta la variabilidad estadística en los procesos de fecundación" y que se podrán inseminar más de tres óvulos para obtener tres embriones.
El presidente de la Sociedad Española de Fertilidad, Alberto Romeu, señala que, con las excepciones y con la probabilidad de que se inseminen más de tres óvulos, al final sobrarán embriones, aunque menos que actualmente.
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