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LA POSGUERRA DE IRAK | El saqueo nuclear

Niños iraquíes quedan expuestos a la posible radiactividad tras el saqueo de un centro nuclear

Vecinos de un pueblo cercano a la instalación bebieron agua de bidones que contenían uranio

Un equipo de siete inspectores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) llega hoy a Bagdad para investigar lo sucedido en el Centro de Investigación Nuclear de Al Tuwaitha, a 20 kilómetros al sur de la capital iraquí, que fue saqueado entre los días 5 y 10 del pasado abril. La misión de los inspectores durará dos semanas y consistirá en hacer inventario del material radiactivo desaparecido. Los expertos temen que pequeñas cantidades de cesio, cobalto o estroncio puedan servir para fabricar bombas sucias (un artefacto convencional con carga radiactiva).

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Lo que es ya un hecho es que los habitantes del pueblo de Al Wardie, el más próximo al centro atómico, robaron los bidones que contenían polvo de uranio, los vaciaron y llenaron de agua, bebieron y lavaron ropa en ellos, y actualmente algunos, sobre todo niños, presentan síntomas de posible contaminación radiactiva.

La misión de los expertos del OIEA, que no tiene nada que ver con los inspectores de la ONU para el desarme de Irak, obedece a la insistencia del director del organismo, Mohamed el Baradei, ante las autoridades de EE UU para poder visitar el lugar, un extenso complejo militar que fue el orgullo del régimen de Sadam Husein en el pasado, cuando pretendía hacerse con el arma nuclear, y que hoy es un destartalado y polvoriento conjunto de barracones, búnkeres, garitas y peladas montañas artificiales por donde pastan cabras y ovejas.

Al Tuwaitha está vigilado desde hace poco más de un mes por un pelotón de soldados de la III División de Infantería de EE UU que se protegen del sol bajo unos eucaliptos. Su intérprete es el doctor Husham Abdel Malik, ingeniero nuclear que hasta 1988 trabajó en la planta atómica. "El 5 de abril todos los que trabajaban aquí se marcharon porque llegaban los estadounidenses. Entonces empezó el saqueo de la gente del pueblo, gente muy inocente e ignorante que se llevaba todo lo que encontraba y robó los bidones, bien porque necesitaban contenedores o para venderlos en el mercado negro", recuerda Abdel Malik.

El complejo nuclear paralizó sus actividades en 1991, tras la guerra del Golfo, pero los residuos radiactivos, señala este científico iraquí, se almacenaron cerca del pueblo de Al Wardie. Allí estuvieron cogiendo polvo durante una década hasta que llegó el saqueo. Abdel Malik está convencido de que sus habitantes y el pobre sistema de drenaje del pueblo están ya contaminados, "aunque faltan unos meses para notar sus efectos".

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Al Wardie es un pueblo miserable donde un grupo de niños vuelan una cometa o juegan al fútbol entre montones de escombros y basura. Allí viven hacinadas unas 6.000 personas. En un primer momento nadie quiere hablar, temiendo ser castigado por haber robado, pero poco a poco empiezan a contar que tuvieron "unos bidones negros y azules y unas ollas con una cosa negra dentro", y que algunos que bebieron de ellos están ahora enfermos. "Les han salido granos en el cuerpo y les pica la piel de los brazos". Dicen que tienen estos síntomas unas 25 o 30 personas, sobre todo niños. Unos vecinos eligen la ley del silencio y aseguran que nadie está enfermo. Otros exageran y hablan de muertes repentinas, pero en una cosa están todos de acuerdo: allí no ha existido ningún control sanitario, ni en tiempos de Sadam ni ahora con los norteamericanos. Éstos se llevaron los bidones hace ya semanas.

Otro ingeniero iraquí, Walid Karam, que también trabajó para el viejo programa nuclear iraquí en los años ochenta, cita entre los efectos de la posible contaminación radiactiva la formación de granos y los picores en la piel, pero cree que tardan en manifestarse "unos seis meses". En el centro de Al Tuwaitha se almacenaban centenares de toneladas de uranio natural, 1,8 toneladas de uranio empobrecido y pequeñas cantidades de cesio 137, cobalto y estroncio.

Karam recuerda que este centro de investigación nuclear, creado con la colaboración de Rusia y Francia, que entregaron los reactores, fue bombardeado en junio de 1981 por la aviación israelí. Después pasó a estar bajo supervisión del OIEA. Pese a ello, asegura este científico, "seguía desarrollándose un programa militar secreto, en prevención de un nuevo ataque de Israel, sin el control de ninguna institución internacional". Todo aquello acabó en 1991, pero sus efectos colaterales aún se sufren hoy.

[La misión del OIEA tiene un alcance limitado y no sentará un precedente sobre el papel del organismo en el futuro, según se encargaron de precisar ayer varios funcionarios norteamericanos desde el anonimato, informa France Presse. Las fuentes indicaron que los expertos nucleares estarán en todo momento acompañados por soldados de EE UU].

Soldados de EE UU registran a civiles iraquíes, ayer en la ciudad de Falluya.
Soldados de EE UU registran a civiles iraquíes, ayer en la ciudad de Falluya.AP

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