62 militares mueren al estrellarse el avión en el que volvían de cumplir su misión en Afganistán
El Yakolev 42 ucranio cayó tras intentar dos veces aterrizar en una base turca en medio de la niebla
La semana de las Fuerzas Armadas, que debía culminar el sábado con un acto presidido por el Rey en Canarias, se tiñó ayer de luto. Un avión ucranio Yakolev 42, con 62 militares españoles a bordo, se estrelló a las 3.30 de la madrugada de ayer hora local (una menos en España) cuando intentaba aterrizar en el aeropuerto de Trebisonda o Trabzon, al noreste de Turquía, junto al mar Negro. Todos los ocupantes del aparato, incluidos los 12 tripulantes ucranios, fallecieron en el violento choque, que dejó los pedazos del avión y los cuerpos esparcidos por una amplia zona boscosa. Los militares -40 miembros del Ejército de Tierra, 21 del Aire y un guardia civil- regresaban a España tras haber pasado cuatro meses en Kabul como parte de la Fuerza de Seguridad y Asistencia (ISAF) auspiciada por la OTAN.
Consternación en las bases de Zaragoza y Burgos donde estaban destinadas las víctimas
El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, que ayer viajó a la zona para agilizar la repatriación de los cadáveres, atribuyó el accidente a "las circunstancias meteorológicas fortísimas de tormenta y niebla", que "hicieron imposible un primer intento de aterrizaje y, aún el segundo, que ha despistado probablemente a los pilotos y llevado el avión contra una colina cercana".
Fuentes de la aviación civil turca indicaron a la agencia de noticias Anatolia que el avión volaba a demasiada altura y el fuerte viento le impidió tomar tierra. Entonces procedió a un segundo intento desde el mar, pero en vez de dirigirse hacia la pista se desvió hacia una zona montañosa cercana, momento en que desapareció de los radares. Según otras fuentes, desmentidas por el Ministerio de Defensa, hizo hasta tres intentos de aterrizar.
"No hay nadie vivo", confirmó el gobernador de la provincia, Aslan Yildirim. "Los cuerpos están despedazados y quemados. Hasta ahora hemos podido recuperar 25 cadáveres". Un maestro jubilado dio la voz de alarma, tras ver caer el aparato cerca de la localidad de Macka, a unos 50 kilómetros de Trabzon.
El avión había salido de Kabul sobre las 20 horas del domingo y, tras realizar una parada en Bishkek (Kirguizistán), donde el Ejército del Aire tiene un destacamento, emprendió viaje hacia Zaragoza, donde se le esperaba de madrugada. La escala en Turquía se debió a la necesidad de repostar combustible.
La noticia cayó como un mazazo en las unidades a las que pertenecían los militares. Los 21 del Ejército del Aire estaban destinados en la base de Zaragoza: 12 en la Escuadrilla de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) y nueve en el Ala 31 de transporte.
De los 40 miembros del Ejército de Tierra, la mitad pertenecía al Regimiento de Ingenieros número 1 de la División Acorazada Brunete, con base en Castrillo del Val (Burgos), que ha quedado prácticamente descabezado. Los restantes procedían de una docena de unidades distintas con sede en Valencia y Madrid.
Defensa no reveló hasta anoche la identidad de los fallecidos, pero sí sus empleos: un teniente coronel (el jefe del contingente), cinco comandantes, seis capitanes, cinco tenientes, un alférez, dos subtenientes, 11 brigadas, 12 sargentos primero, siete sargentos, seis cabos primero, dos cabos y cuatro soldados.
En Kabul, los 141 integrantes de la quinta agrupación española de la ISAF, que ha sustituido a los fallecidos, celebró una misa en su recuerdo. "Ha sido muy duro, muchos nos conocíamos de antes y además hemos pasado 10 días juntos haciendo el relevo", explicó a Efe el capitán José Vázquez.
El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, viajó al mediodía de ayer a Trabzon en un avión Falcon del Ejército del Aire. Trillo-Figueroa, que se entrevistó al llegar con su homólogo turco, Vecdi Gonul, fue acompañado por el jefe de la Fuerza de Maniobra, Juan Ortuño, y un equipo de médicos militares, para colaborar en la identificación de los cadáveres. Fuentes de Defensa dijeron anoche que, aunque ya se habían recuperado todos los cuerpos, difícilmente podrían repatriarse hoy.
El ministro salió al paso de las críticas que, aunque no públicamente, circularon ayer en los cuarteles por el uso para transprotar tropas españolas de aviones ucranios que no cumplirían los requisitos mínimos de mantenimiento o adiestramiento de las tripulaciones. Trillo-Figueroa aseguró que el aparato había sido contratado por la agencia NAMSA de la OTAN para todos los países con soldados en Afganistán, como Holanda y Alemania.
La catástrofe de ayer, con 74 víctimas mortales, no tiene precedentes en las Fuerzas Armadas españolas. Desde que hace 15 años iniciaron sus misiones de paz en el exterior han sufrido una veintena de bajas, casi todas en la antigua Yugoslavia. Cuatro agrupaciones habían pasado ya por Afganistán sin que se registrase ningún fallecimiento.
El Gobierno afgano expresó sus condolencias hacia los soldados españoles, de quienes elogió su "difícil trabajo, su sacrificio y su contribución positiva a la paz". Entre otros, transmitieron su pésame los presidentes o jefes de Gobierno de EE UU, George Bush; Francia, Jacques Chirac; Italia, Silvio Berlusconi; Alemania, Gerhard Schröder; y Portugal, José Durão Barroso.
El Papa manifestó su "profundo pesar" por la tragedia, igual que el secretario general de la ONU, Kofi Annan. También expresaron sus condolencias el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y de CC OO, José María Fidalgo.
El Ayuntamiento de Zaragoza decretó una jornada de luto oficial para hoy y en la sede central de la OTAN en Bruselas ondeó a media asta la badera española. El Rey suspendió la audiencia con los agregados militares que tenía prevista para mañana y Defensa canceló la mayoría de los actos previstos para celebrar el Día de las Fuerzas Armadas.
"Hay que mirar hacia el mañana, especialmente en momentos como estos, que no son fáciles", dije el jefe del Ejército de Tierra, Luis Alejandre.
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