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Detenidos 13 médicos que vendían medicinas falsas contra el cáncer y el sida

La red vendía el tratamiento a enfermos, algunos terminales, que pagaban 300 euros al mes

La Guardia Civil ha detenido a 23 personas, entre ellas 13 médicos, acusadas de fabricar y comercializar un falso medicamento supuestamente indicado para el tratamiento del cáncer, el sida, la hepatitis o la artrosis. La red captaba a los clientes -muchos de ellos 'enfermos terminales' según la Guardia Civil- cuando acudían a las consultas de médicos o dispensarios naturistas. Los pacientes pagaban 50 euros por la compra de 12 ampollas para inyecciones, o más de 300 euros si adquirían por Internet una caja con tres frascos de jarabe, cantidad suficiente para el tratamiento de un mes.

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La red tenía su laboratorio clandestino en un chalé de El Escorial (Madrid). Los responsables aseguraban que sus falsas medicinas -denominadas Bio-Bac e Inmubobiol- tenían una 'potente actividad antitumoral' y que, además, favorecían 'la producción de linfocitos en el organismo'. Estos dos supuestos efectos, indicados para el tratamiento del cáncer o del sida, respectivamente, permitían a los implicados captar clientes entre afectados por estas enfermedades. En el chalé se encontraron 30.000 ampollas, 1.500 frascos de Bio-Bac, cuatro pistolas y un revólver.

El producto -'un complejo proteico procedente de la lisis [ruptura] de ocho cepas de bacilos', según el prospecto que lo acompañaba- no contaba con autorización sanitaria. El requisito de la aprobación por la Agencia Española del Medicamento, que fue la que dio la alarma a la Guardia Civil, es indispensable para este producto, 'tanto por su composición como por sus indicaciones', según señalaron fuentes del Ministerio de Sanidad. Es 'un producto fuera de la ley, sin ningún efecto terapéutico conocido', destacaron los responsables de la operación.

Los componentes de la red se daban a conocer en congresos y reuniones de médicos y otros profesionales sanitarios, como homeópatas o naturópatas. Allí captaban a sus cómplices, que, siempre según la versión de la Guardia Civil, empezaban a recetar el producto a los enfermos. En ocasiones, era el médico quien vendía la falsa medicina al enfermo; en otras, era el propio paciente quien, aconsejado por el facultativo, compraba el producto a la banda por Internet. El producto era enviado al comprador por un servicio de mensajería.

Entre los detenidos figuran homeópatas y naturópatas de

Madrid, Barcelona, A Coruña, Granada, Tenerife, Mallorca, Cádiz, Navarra y Málaga. Otras diez personas de Madrid, Sevilla, Córdoba y Valencia, han sido interrogados como imputados en el caso. Entre ellas, según fuentes de la Guardia Civil, hay un profesor de Biología de la Universidad de Valencia.

Una denuncia ante el Ministerio de Sanidad presentada a principios de este año puso en marcha la investigación, según sus responsables. El negocio se iba a extender a Arabia Saudí (donde está registrada la empresa, según indica la web del Bio-Bac) y varios países de Latinoamérica.

Fuentes de Sanidad descartaron ayer que pudiera calificarse de fórmula magistral al Bio-Bac. 'Se vendía como un medicamento, y como tal tenía que haberse autorizado', indicaron. 'Más bien parece un fraude para aprovecharse de la situación de algunos enfermos', dijeron.

El Ministerio ha anunciado que analizará los posibles efectos nocivos del producto. De momento no se ha comprobado ni que cure ni que mate. Pero no por eso deja de ser peligroso. Su riesgo está en que los médicos alternativos que lo recetaban animaban a los pacientes (enfermos con graves dolencias como hepatitis, sida o cáncer) a abandonar el tratamiento tradicional que seguían. Esta conducta causó la muerte de al menos uno de los consumidores de Bio-Bac, según reconoció ayer el subdirector de Seguridad de los Medicamentos, José Ramón Palop.

Alerta a los pacientes

El Ministerio de Sanidad animó ayer a los pacientes que estuvieran tomando el producto a abandonarlo y volver a su medicación habitual. La Agencia Española del Medicamento estableció tres líneas telefónicas para informar a los posibles afectados (91 596 10 89 o el mismo número acabando en 90 o 91). Fuentes de Sanidad recordaron que la venta de sustancias con supuestas propiedades terapéuticas era ilegal salvo que recibieran la aprobación de la Agencia, e informaron de que hacía unos años se habían prohibido los ensayos con el Bio-Bac.

El director de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), José María Múgica, aseguró ayer que el desmantelamiento de la red de medicamentos ilegales es la 'punta del iceberg' en la venta de falsos fármacos por Internet, y destacó que 'sorprende la inacción de la Administración' después de que Bio-Bac fuera denunciado por la Unión de Cosumidores de España en el año 2000. Según Sanidad, fue la Agencia Española del Medicamento la que alertó a la Guardia Civil para que investigara este producto, 'después de que hubieran recibido avisos de profesionales y pacientes' sobre su venta.

'El dramatismo de este caso es que la pretendida eficacia del producto era sobre enfermedades graves como el sida, el cáncer o la hepatitis', señaló Múgica, quien vinculó este caso a la facilidad con que se venden por Internet productos fraudulentos para adelgazar, por ejemplo.

La Organización Médica Colegial ha anunciado que adoptará 'medidas disciplinarias' si se confirma que había médicos implicados en la red de venta de medicamentos ilegales. El presidente de la organización, Guillermo Sierra, declaró a Europa Press que es 'intolerable' y 'totalmente rechazable' que un médico participe en un 'engaño' a los pacientes, y recordó que, además de las leyes, existe un Código de Ética que los médicos 'tienen que respetar'. Fuentes de la organización explicaron que en este caso, con una denuncia penal por medio, la sanción podría llegar hasta la suspensión de la colegiación, lo que implicaría que el médico no podría trabajar más.

Armas y medicamentos decomisados en el laboratorio clandestino de San Lorenzo de El Escorial (Madrid).
Armas y medicamentos decomisados en el laboratorio clandestino de San Lorenzo de El Escorial (Madrid).EFE

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