Las células madre se examinan en el corazón
España ensaya las dos líneas experimentales más novedosas para regenerar el tejido infartado
La investigación con células madre contra el infarto va a un ritmo vertiginoso. Un año y medio después de que el investigador italiano afincado en EE UU Piero Anversa echara por tierra el dogma de que el músculo cardiaco no se regenera, diversos grupos en Estados Unidos, Francia y Alemania, principalmente, han realizado pruebas experimentales que avalan esta tesis. En España, el implante de células madre de la médula ósea realizado la semana pasada en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid viene a añadirse a la vía, diferente pero complementaria, que abrió un equipo de la Clínica Universitaria de Navarra en febrero de este año, al implantar células madre musculares. Con estas dos terapias experimentales, España se coloca en la vanguardia de uno de los campos de investigación más prometedores.
Que nadie espere tratamientos inmediatos; se tardará años en regenerar corazones
Mientras el grupo de Valladolid implanta células madre que, en teoría, pueden convertirse en muchos tipos celulares, el de Pamplona inyecta células que sólo pueden producir tejido muscular. El objetivo de estos tratamientos experimentales es lograr que 'el músculo cardíaco mejore su función', según Gregorio Rábago, cirujano cardiovascular del grupo de Pamplona.
A día de hoy todo parece posible con las células madre. A final de año concluirá el ensayo clínico que raaliza el grupo de la Clínica Universitaria de Pamplona con otros cuatro hospitales españoles. Hasta ahora se han inyectado células madre musculares a media docena de pacientes, junto con un procedimiento de by-pass convencional. En este ensayo clínico participarán en total 11 pacientes españoles y habrá que esperar al final para determinar si la técnica es segura y factible.
De momento nadie se aventura a vaticinar el resultado. Los investigadores coinciden en que tanto el experimento de Valladolid como el de Navarra son muy esperanzadores, pero hay todavía muchas incógnitas. La primera de ellas, comprobar que las células se quedan en el miocardio y producen regeneración, explica Rábago. Pero luego hay que comprobar que estas células se contraen y que lo hacen de forma sincrónica; qué tipo de células son las idóneas y cuándo es mejor inyectarlas, entre otras cuestiones.
En todo caso, los posibles tratamientos tardarían años en llegar. 'Que nadie espere terapias inmediatas; no se podrán regenerar corazones ni páncreas en muchos años', advierte Felipe Prosper, experto en células madre de la Clínica de Navarra.
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