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Israelíes y palestinos reanudan la negociación sobre Gaza a pesar del ataque del Ejército a un campo de refugiados

Una veintena de tanques, apoyados por helicópteros de combate, penetraron durante la madrugada del miércoles en el campo de refugiados de Jan Yunis, en el sur de la franja de Gaza. Después de disparar ráfagas intimidatorias, las fuerzas israelíes avisaron por megáfono a los residentes de una parte del campo que evacuaran la zona, para dejar a los artificieros colocar cargas explosivas en los bajos de dos edificios.

La oficina del portavoz del Ejército aseguró que 'se trataba de dos edificios vacíos, que servían de posición de tiro y refugio para los terroristas'. Los inmuebles dinamitados colapsaron, arrastrando consigo a otras viviendas adyacentes, y un civil pereció bajo los escombros. Según fuentes sanitarias palestinas, otras seis personas resultaron heridas.

La operación fue efectuada en represalia por los enfrentamientos del día anterior, en los que un soldado israelí que se encontraba en uno de los puestos militares que protegen el asentamiento cercano de Neve Dekalim fue alcanzado por un francotirador, que supuestamente disparó desde uno de los edificios destruidos. Esta acción fue reivindicada por el movimiento islamista Hamás.

Debido a este incidente, el Gobierno israelí y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) se reprocharon mutuamente no haber cumplido con su parte del acuerdo Gaza Primero. Israel acusó a la ANP de no haber prevenido el ataque y de no haber detenido a los responsables, mientras que ésta condenó la incursión militar, en un momento en el que debían estar retirándose de los enclaves reocupados dentro de la franja. Sin embargo, los comandantes de ambos bandos mantuvieron una reunión de trabajo en el paso fronterizo de Erez, para sincronizar el repliegue de fuerzas israelí con el despliegue de la policía palestina en las zonas evacuadas.

Para aplacar los ánimos de los ultraderechistas en la coalición de Gobierno, sobre todo los del líder del Mafdal (Partido Nacional Religioso), Effi Eitam, el primer ministro, Ariel Sharon, rebajó las expectativas del plan de seguridad, que calificó de 'entendimiento' y no de 'acuerdo'. 'Básicamente, lo único que hemos hecho ha sido mover un par de tanques fuera de Belén', comentó Sharon ante el Gabinete de Seguridad.

El Gobierno comunicó oficialmente que el Shabak (el servicio de seguridad e inteligencia interior) detuvo hace pocos días a los cinco integrantes de la célula de Hamás que presuntamente habrían perpetrado los brutales atentados de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que mataron a nueve personas, y el del café Momento, en el que perecieron otras 11. Cuatro de ellos, entre los 27 y 31 años, son residentes de Jerusalén Este, por lo que tienen un estatus de semiciudadanía israelí, que les podría ser revisado, afirmó el ministro de Interior, Eli Yishai. El titular adjunto de Seguridad Pública, Gideon Ezra, declaró que 'sus métodos operativos eran muy audaces, y sus próximos atentados hubieran sido incluso más sofisticados'.

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