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El rey anuncia medidas para atraer inversión extranjera

El año próximo será el de la 'recuperación' de la economía marroquí, prometió el monarca alauí. Reconoció, no obstante, en el Discurso del Trono que la economía 'sigue estando penalizada' por su baja productividad, su escasa capacidad para crear riqueza y su mala distribución.

'De ahí el deber de comprometernos en la batalla para el incremento de la producción y el estimulo de la inversión', sobre todo la extranjera. Para agilizarla el rey ordenó la creación de centros regionales.

Acaso sirvan para enderezar una situación preocupante. El Tesoro marroquí confiaba en obtener este año 1.250 millones de euros, el 11,7% de sus ingresos, gracias a la privatización de algunas empresas públicas. Hasta ahora no ha recaudado un dirham porque los inversores extranjeros muestran poco entusiasmo.

El soberano confirmó además la puesta en marcha de una reforma de la Justicia, algo que reclaman los empresarios, la creación de un Consejo Consultivo de los Derechos Humanos y la apertura del sector audiovisual a medios privados.

Dolido con Argelia

El rey puede estar disgustado con España por su intervención en Perejil, pero está sobre todo dolido e indignado con su otro gran vecino, Argelia. El Discurso del Trono que pronunció ayer Mohamed VI rezuma acritud con una Argelia que no sólo se opone a la incorporación del Sáhara a Marruecos sino que desaprobó el envío por Rabat de un pequeño destacamento armado al islote.

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'(...) ahí está la amarga realidad que nos demuestra su verdadera cara, en el sentido negativo, favoreciendo públicamente la fragmentación de la unidad territorial del Reino de Marruecos en el sur [Sáhara] y apoyando la agresión [española] en los enclaves del norte', se lamentó el soberano alundiendo al comportamiento de Argelia.

Cinco días después de la instalación en Perejil de un puesto de vigilancia marroquí, el viceministro argelino de Asuntos Exteriores, Abdelkader Messahel, se decidió, por fin, a pronunciarse. Argel, dijo, 'recusa cualquier política de hechos consumados o la violación de la legalidad internacional'.

Al día siguiente se produjo la intervención militar española en Perejil y Argel no la condenó a diferencia de varios países árabes que sí lo hicieron aunque en términos muy suaves.

Como ya lo hizo durante sus últimos viajes al Sáhara, Mohamed VI recalcó ayer que Marruecos no 'renunciará a un solo palmo de las provincias meridionales' y rechazó 'categóricamente' cualquier partición de ese territorio. Incapaz de ponerse de acuerdo sobre una solución para la ex colonia española, el Consejo de Seguridad de la ONU se dispone a prorrogar hoy en mandato de la fuerza de Naciones Unidas.

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