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Una empresa logra implantes renales y cardiacos por clonación en vacas

Los científicos de la firma ACT demuestran que los tejidos clónicos eluden el rechazo

Javier Sampedro

La empresa estadounidense Advanced Cell Technology (ACT), que hace seis meses fue primera página mundial por su polémico anuncio del primer embrión humano clónico, ha dado un paso relevante hacia el uso médico de esa técnica. En colaboración con Harvard y la Clínica Mayo, los científicos de ACT han generado órganos similares a riñones y tejidos cardiacos bien organizados partiendo de embriones clónicos de una vaca (clonación terapéutica). La implantación de esos órganos y tejidos en esa misma vaca no induce el más mínimo rechazo inmunológico.

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Algunos resultados parciales de estos experimentos se conocieron por filtraciones a la prensa británica el pasado enero, cuando ACT estaba aún en el centro de la polémica generada por su clonación (semifallida) de un embrión humano.

Los científicos de la empresa, junto a investigadores de la Harvard Medical School, la prestigiosa Clínica Mayo y la Universidad de Miami, presentan hoy todos los detalles en Nature Biotechnology, lo que implica que los hallazgos han superado exigentes controles de veracidad y solvencia científica (no confundir nada de esto con los números circenses protagonizados por el ginecólogo italiano Severino Antinori).

El trabajo de ACT demuestra que la clonación terapéutica funciona en la vaca, un mamífero con una fisiología y un sistema inmune comparables a los humanos. La clonación terapéutica consiste en tomar una célula de la piel de una vaca adulta (vaca 1 en el gráfico), introducir su núcleo (que contiene el genoma) en un óvulo de otra vaca (al que se ha privado previamente de su propio núcleo) y dejarlo desarrollarse para producir un embrión clónico. De ese embrión se extraen las células madre, que tienen la capacidad de diferenciarse en cualquier tejido adulto.

Los científicos de ACT han conseguido transformar esas células madre en un riñón funcional en miniatura, en tejidos organizados del corazón y en fibras musculares, y han implantado estos tejidos a la misma vaca 1 de la que obtuvieron el embrión clónico.

El punto más débil del experimento consiste en que las células no se han obtenido de embriones tempranos (de menos de 14 días y sin implantar en un útero), sino de embriones ya implantados, extraidos a las cinco o seis semanas de gestación. Esto facilita la transformación de las células en tejidos útiles, pero convierte en inaceptable la aplicación del procedimiento a los seres humanos.

Sin embargo, el vicepresidente científico de ACT, Robert Lanza, está convencido de que el experimento funcionará con embriones humanos de menos de 14 días. 'Pensamos que hay una excelente oportunidad de reproducir estos resultados con células madre obtenidas de blastocistos [embriones no implantados, de 14 días]', explicó Lanza el viernes a este diario. 'En humanos, las células madre embrionarias pueden transformarse eficazmente en todos los tejidos, incluidos los de corazón, músculo liso y pancreáticos productores de insulina'.

Lanza también cree que su experimento implica que la clonación terapéutica evitará por completo el rechazo inmunológico en humanos. 'El hecho de que este estudio se ha llevado a cabo en un modelo animal grande como la vaca resulta un magnífico presagio para la clonación terapéutica humana. Los estudios previos realizados en ratones tienen poco valor, ya que esos animales tienen un sistema inmune endeble. Pero después de mostrar que no hay rechazo en vacas, es muy improbable que lo haya en humanos'.

El hecho de que los implantes no sufrieran rechazo inmunológico era lo esperable, puesto que provenían de un embrión clónico, pero quedaba una duda: casi todos los genes de cualquier especie están en los núcleos de sus células, y por tanto son transferidos al óvulo durante el proceso de clonación. Pero existe un pequeño número de genes (alrededor del 0,1%), los denominados genes mitocondriales, que están fuera del núcleo, y no son transferidos.

El embrión clónico, por tanto, no lo es enteramente: sus genes mitocondriales no provienen de la vaca 1, sino de la que donó el óvulo. Existía la posibilidad teórica, por lo tanto, de que fueran rechazados por el sistema inmune de la vaca 1. Pero los experimentos realizados por ACT han demostrado que no es así.

Firma puntera

La empresa ACT ha fichado en los últimos años a algunos de los mejores expertos mundiales en clonación, células madre e ingeniería de tejidos. Según analistas científicos como Lee Silver, catedrático de bioquímica de la Universidad de Princeton, ACT es la institución pública o privada mejor situada para lograr una clonación exitosa de un embrión humano. La firma está adquiriendo notables cantidades de óvulos humanos de voluntarias con ese propósito.

Las restricciones impuestas por la Administración estadounidense a la financiación pública de los experimentos con embriones ha dado una enorme ventaja competitiva a las empresas privadas sobre las grandes intituciones públicas de investigación de ese país (y de casi cualquier otro).

Robert Lanza: 'Las células madre de adultos no tienen igual plasticidad que las embrionarias'

Los experimentos publicados hoy por ACT indican que la clonación de embriones humanos puede revolucionar la medicina. Muchos estamentos conservadores o religiosos que se oponen a esta técnica, incluido el Gobierno español, admiten que las células madre son una enorme promesa, pero esperan obtenerlas de los tejidos adultos del paciente para evitar la creación y destrucción de un embrión de 14 días, que para ellos es ya una vida humana. Catherine Verfaillie, de la Universidad de Minnesota (EE UU), acaba de obtener unas células madre de la médula ósea adulta que, a diferencia de otras, parecen capaces de generar cualquier tejido. El vicepresidente de ACT, Robert Lanza, no parece impresionado. 'Las células madre obtenidas de tejidos adultos no tienen igual plasticidad que las embrionarias', explicó el viernes. 'Es claro que las células madre adultas pueden convertirse en varios tipos de células, pero no sabemos en cuántos, ni si tendrán valor terapéutico'. Otro problema: 'Aunque puedan diferenciarse en varios tejidos, no todas son lo mismo. Lograr que expresen un marcador para éste o aquel tipo celular no significa que puedan tratar enfermedades. Si se usaran las células madre adultas para generar células pancreáticas productoras de insulina, una ligera alteración en su capacidad de responder a la glucosa en sangre podría ser la diferencia entre la vida y la muerte para el paciente diabético'. La mayoría de los científicos no ven razón para renunciar a las células madre embrionarias porque las adultas resulten prometedoras. La opinión mayoritaria, expresada también por los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses y la Fundación Europea para la Ciencia, es que deben probarse ambas opciones en paralelo. El científico que más avanzado tiene el proyecto de convertir las células madre de embriones humanos en células pancreáticas productoras de insulina es el español Bernat Soria.

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