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Blair planea usar aviones y buques de guerra para detectar y deportar a los 'sin papeles'

Londres quiere sancionar a los países que no acepten la repatriación de indocumentados

Tony Blair parece haber declarado la guerra a la inmigración ilegal. El Gobierno británico estudia el uso de barcos de la Royal Navy y aviones de la RAF para frenar a los inmigrantes ilegales. Los primeros, interceptando los barcos que transportan clandestinos en el Mediterráneo oriental. Los segundos, transportándolos de vuelta a su origen o procedencia. Downing Street admitió ayer que el Gobierno estudia esas opciones, entre otras muchas. Más cerca de este mundo, París se fijó ayer el objetivo de cerrar el polémico campo de refugiados de Sangatte, junto al canal de la Mancha, pero no puso fecha.

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Tras las crisis políticas de Francia y Holanda, el primer ministro británico otorga prioridad absoluta a evitar que en el Reino Unido pueda desatarse una crisis semejante. Aunque en su país no existe la tensión crónica que se vive en Francia en torno a la inmigración ni hay síntomas de que pueda haber un ataque de pánico como en Holanda, el flujo de ilegales a través del canal de la Mancha y su recurrente aparición en los medios puede acabar afectando los sólidos cimientos de la cada vez más multicultural sociedad británica.

El periódico The Guardian, próximo al Partido Laborista, enfatizó ayer esa prioridad de Blair al revelar que el Gobierno debatió el miércoles de la semana pasada, en la habitual reunión del Gabinete, un plan para utilizar buques y aeronaves de guerra en la lucha contra la inmigración. Downing Street, rompiendo la supuesta tradición de no hacer comentario sobre documentos filtrados a la prensa, confirmó ayer la información de The Guardian, aunque matizó que es sólo una posibilidad.

'Se trata de un documento entre muchos otros producido para el debate sobre el asilo de la semana pasada', confirmó el portavoz de Blair. 'No es la representación de una política, sino una mera discusión sobre el papel. Plantea diferentes ideas y opciones. Algunas de esas propuestas se pueden poner en marcha y otras no'. Según The Guardian, el documento sugiere que el Ministerio de Defensa británico estudie la viabilidad de que la Royal Navy controle el flujo de inmigrantes ilegales que llegan a Europa. La flota controlaría el Mediterráneo oriental, donde el Reino Unido tiene dos bases en Chipre y una en Malta. Pero no el occidental, donde el uso de la base de Gibraltar para controlar el estrecho no parece la mejor opción en plenas negociaciones con España sobre el futuro del Peñón.

Otras propuestas estudiadas por Londres son ya conocidas. Por ejemplo, la de sancionar a los países terceros que no colaboren en la lucha contra la inmigración ilegal -como Sri Lanka o Somalia- o que no acepten la repatriación de indocumentados que han llegado a Europa desde ese país, una medida pensada sobre todo para Marruecos y Albania.

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Pero la gran paradoja de esa propuesta es que pretende sancionar a países terceros por problemas que ocurren también en el seno de la UE. El Reino Unido y Francia llevan meses enzarzados por la llegada de centenares de refugiados a través de los trenes de mercancías que cruzan el canal de la Mancha. La llegada de la derecha al poder en París parece haber roto la intransigencia que sobre ese asunto mantuvo siempre el Gobierno socialista de Lionel Jospin.

La prensa británica aseguraba ayer que el ministro del Interior, David Blunkett, ha aceptado acoger a una parte, si no todos, de los 1.300 refugiados de Sangatte a cambio de su cierre. El Gobierno británico lo desmintió por pasiva: 'No hay ningún acuerdo porque ni siquiera hay conversaciones formales', aseguró el ministro de Asuntos Exteriores, Jack Straw.

Un grupo de refugiados tiende su ropa en el centro de Sangatte, cerca del túnel bajo el canal de la Mancha.
Un grupo de refugiados tiende su ropa en el centro de Sangatte, cerca del túnel bajo el canal de la Mancha.REUTERS

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