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Lisboa inicia la recuperación del centro histórico

1.400 edificios, amenazados de ruina

El centro de Lisboa tiene más de 1.400 edificios en riesgo de ruina inminente y cerca de 3.000 con graves señales de degradación, la mayoría habitados o parcialmente ocupados. El nuevo alcalde de la capital portuguesa, el socialdemócrata (PSD, de centro derecha) Pedro Santana Lopes, afirma que su 'gran tarea para los próximos cuatro años será la rehabilitación de la Lisboa histórica', una de las más bellas y antiguas ciudades de Europa, para lo cual ya está en marcha un plan de emergencia y un fondo inmobiliario.

Algunas zonas de la denominada Baixa de Lisboa corren riesgo de desplomarse

Asediada por terremotos, incendios y la erosión de los vientos del Atlántico a lo largo de su historia, el centro de Lisboa se encuentra en un estado de seria degradación, altamente deshabitada y en progresivo abandono mientras crecen a su alrededor inmensas ciudades dormitorio cuyos habitantes tienen que sufrir cada día enormes atascos de tráfico para entrar y salir de sus lugares de trabajo. Ante el riesgo de perder día a día edificios de enorme valor histórico y la mágica arquitectura de esta ciudad poética y melancólica, el alcalde de Lisboa se ha marcado un objetivo prioritario durante su mandato: 'Mi gran tarea será rehabilitar la Lisboa que ya existe, la Lisboa antigua, para lo cual ya estamos creando un fondo inmobiliario en el que participarán los bancos, las constructoras, inversores privados y los propios inquilinos'.

Santana Lopes afirma que 'el presupuesto de 2002 destinará millones de euros para la rehabilitación de la ciudad y muy pocos para la construcción, todo lo contrario de lo que se hacía antes'. Además, reclamará al nuevo Gobierno de su mismo partido 'una jurisdicción especial para facilitar la expropiación de edificios que permita, pagando las correspondientes indemnizaciones, la solución rápida de esos problemas'. Santana Lopes explica que el plan de emergencia necesitará también el apoyo del Gobierno para reformar la legislación sobre alquileres y la ayuda a los barrios más degradados y con peores condiciones de vida. 'Lisboa se cae y no lo podemos permitir', sentencia.

Algunas zonas de la denominada Baixa de Lisboa, desde la plaza del Comercio hasta el Rossío, corren un serio riesgo de desplomarse. El aviso lo lanzaba recientemente el arqueólogo y profesor universitario José Luís de Matos, para quien 'el problema es demasiado grave como para silenciarlo'. Una opinión compartida por el arquitecto y ex concejal Gonçalo Ribeiro Telles, la arqueóloga Irisalva Moita o los ingenieros civiles María de Lourdes Alvarez y Vítor Coias, este último presidente del gremio de empresas de conservación y restauración del patrimonio arquitectónico. Los motivos de la alarma no son otros que las obras realizadas durante los últimos años en el subsuelo de la zona situada junto al río Tajo, desde estacionamientos de vehículos, obras del metro y ahora un nuevo paseo marítimo. Reconstruida tras el terremoto de 1755, una gran parte de los cimientos de la zona está compuesta por estacas de madera sometidas a la humedad de las aguas. Ribeiro Telles reconoce que 'nunca se ha hecho un estudio global y serio sobre ese subsuelo'. Precisamente en la plaza del Comercio, el alcalde pretende acabar con los ministerios de la Administración central y convertir esos edificios en 'hoteles de charme, restaurantes y áreas turísticas' con el objetivo de aprovechar para los visitantes una de las zonas más bellas de la ciudad.

Por otro lado, Santana Lopes quiere implantar una amplia oferta cultural: 'Lisboa ya tiene una gran movida, pero aún le falta mucho terreno por recorrer. Aún existen muchos teatros cerrados y la oferta de conciertos y espectáculos tiene que ampliarse sin demora. Las fiestas de Lisboa se concentran en el mes de junio y hay que quebrar esa tendencia. Es insostenible. Lisboa debe tener una amplia oferta cultural durante todo el año, desde música, danza, animación y todo tipo de espectáculos. Para ello será necesario involucrar en los proyectos al mecenazgo privado, revitalizar el centro de la ciudad y rejuvenecer la población de los barrios históricos'.

A pesar de que el país y la capital se encuentran en una situación económica muy difícil, Santana Lopes asegura que localizará los medios necesarios para poner en marcha sus proyectos. 'Nada más llegar al Ayuntamiento ordené una auditoría y encontré una estructura completamente irracional con duplicación de funciones y diversas áreas realizando las mismas tareas, fruto de la alianza de socialistas y comunistas durante los últimos 12 años. Esa situación provocó un importante aumento del gasto, un alto número de funcionarios y una burocracia enorme'.

Santana Lopes promete acabar con esas irregularidades e impulsar la rehabilitación de la ciudad y la revitalización de su oferta cultural. En definitiva, lavar la cara a Lisboa y situarla en el circuito de las grandes ciudades europeas.

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