_
_
_
_
_

El dibujo consigue arañar protagonismo en una edición de Arco marcada por la fotografía

La gran protagonista de esta 21ª edición de Arco, por la que han pasado ya unos 190.000 visitantes, ha sido la fotografía. Esto es indiscutible. Pero poco a poco está arañando protagonismo otra disciplina artística más discreta y sutil, el dibujo. Empiezan a ser muchos ya los jóvenes artistas que apuestan por la vuelta a una artesanía del papel y la línea en lápiz, tinta o incluso bolígrafo, ayudados o no por el ordenador. En esta feria en la que las buenas ventas no han discriminado medios ni técnicas, pueden verse numerosos ejemplos de esta tendencia por la que apuestan algunas galerías. 'En mi opinión empezó en Holanda hace unos tres años con una generación de artistas que utilizaban el dibujo a partir del cómic, pero con una visión muy diferente a la del pop-art, para desacralizar la vida cotidiana', explica el crítico Fernando Francés. 'Después se ha expandido mucho, y efectivamente es algo que antes era difícil encontrar en ferias y galerías. Resulta interesante, porque por una parte recupera el trabajo artesanal y al mismo tiempo tiene fuertes componentes conceptuales', añade.

Un ejemplo son los dibujos de Consol Rodríguez en la Galería 44 Art Contemporani de Barcelona, realizados por la artista con ordenador a partir de fotografías de su entorno cotidiano durante su estancia en la Fundación Pistoletto. Cuestan unos 484 euros cada uno, un precio discreto si se compara con los 8.083 euros que cuesta el dibujo de Paul McCarthy que se presenta en la galería Studio Guenzani de Milán. Y es que la fama del artista cuenta más que la técnica.

De la buena salud del dibujo como medio de creación artística dan buena cuenta también las tres piezas del estadounidense Raymond Pettibon, del que actualmente se presenta una retrospectiva en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, que pueden comprarse por 4.180 euros en la galería Chantal Craussel de París. También es una señal que uno de los project rooms esté ocupado por un dibujante e ilustrador como el canadiense Marcel Dzama en el stand de la galería italianaNo Code, que ofrece una amplia selección de sus dibujos de raíz surrealista o fantástica que vende por 750 euros cada uno.

Es fácil encontrar dibujos de aparencia muy simple en las galerías de la sección Cutting Edge, como los realizados con bolígrafo del colombiano afincado en Barcelona Raymond Chaves, que en la galería holandesa Mirta Demare exhibe dibujos que en series de cuatro se venden por mil euros y que han tenido una buena acogida en la feria. Lo mismo ha sucedido con los dibujos que exhibe el mexicano Daniel Guzmán en la galería Kurimanzutto. Se trata de una serie que realizó en Nueva York sobre papel de envolver emparedados que ahora se han vendido casi por completo por 923 dólares cada uno. 'Ahora acaba de ser seleccionado para participar en la Bienal de Montreal, y es curioso porque hasta ahora este tipo de eventos no daban importancia al dibujo', señala el galerista José Kuri, para quien 'empieza a haber una cierta saturación de la fotografía'.

También ha participado en numerosas exposiciones públicas la vasca Azucena Vieites, en la galería DVde San Sebastián. Vieites utiliza un dibujo coloreado por ordenador e imprimido sobre papel fotográfico que se vende entre 450 y 1.200 euros, según tamaño. 'En los últimos años no sólo el dibujo, sino toda la obra sobre papel está cogiendo más fuerza', explica la galerista Lourdes Fernández. 'Es un trabajo más delicado y también más asequible'.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_