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Pujol defiende el gasto del Gobierno catalán en simbología e identidad

El político tacha de 'irresponsable' al consejero de Economía de Madrid

Francesc Valls

'En temas de identidad, todo el mundo gasta dinero', sentenció ayer el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en una conferencia de prensa en la que quiso subrayar que ese tipo de gastos no es patrimonio de los nacionalismos periféricos, sino que el Gobierno central también dedica a eso recursos públicos. Pujol aprovechó para tachar de 'irresponsable' al consejero de Economía de la Comunidad de Madrid, Luis Blázquez, por haber afirmado que en Cataluña se gasta mucho dinero en simbología, identidad y cultura, aspectos que, en opinión de Pujol, el Gobierno catalán tiene la obligación de proteger.

'Lo dicho por el consejero [de Economía de la Comunidad de Madrid] es agresivo y ofensivo, además de falso', manifestó Pujol. 'Lo que sucede es que a él se lo dan hecho', agregó el presidente catalán en Madrid, adonde acudió a entregar el premio Blanquerna, que concede la Generalitat, al historiador Javier Tusell.

'¿Cuánto cuesta mantener la Real Academia [Española]? ¿Y el Instituto Cervantes?', se preguntó Pujol, quien añadió que lo que el Gobierno gasta en ambos organismos le parece correcto: ' ¿Es justo o no es justo [su coste]? Yo creo que sí, y eso es política de identidad'. Y a continuación subrayó que en Cataluña la identidad, la lengua y la cultura las deben proteger las instituciones catalanas.

El presidente de la Generalitat aprovechó su conferencia en Madrid para pasar revista a las complicadas relaciones de su Gobierno con el Ejecutivo de José María Aznar. El líder nacionalista se refirió a todos los frentes que CiU tiene ahora abiertos con el PP y reiteró que no habrá entrada de miembros de esta federación en el Gobierno central. El diagnóstico de Pujol no ha variado: el Ejecutivo que preside Aznar quiere, en el marco de la Unión Europea, volver a asumir competencias que ahora tienen las comunidades autónomas. Por tanto, en esas circunstancias es imposible que CiU se sume, a juicio del presidente de la Generalitat, al proyecto del PP.

'No pedimos la reforma de la Constitución, sino otra lectura', enfatizó ayer Pujol, quien opina que un ejemplo de ese nuevo centralismo del PP es la Carta Municipal de Barcelona. 'Creo que no queremos el modelo francés, en el que la primera ciudad es París, la segunda también, la tercera también y la cuarta también; Barcelona merece un trato diferenciado', subrayó.

Pero no todo fueron críticas al Partido Popular. También el líder de la oposición socialista en Cataluña, Pasqual Maragall, fue blanco de sus críticas por haber afirmado que Aznar deberá responder por no haber acabado con el terrorismo. 'Eso son maragalladas; la primera hace gracia, la segunda también, pero a la tercera... ya cansa', dijo. Y agregó: 'Los GAL y 15 años de Gobierno socialista -nosotros gobernamos con ellos desde 1993 a 1996- no acabaron con ETA. No quiero decir más'.

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